La equinácea es una planta originaria de América del Norte. Esta planta contiene un tipo de azúcares (polisacáridos) encargados de estimular la producción de glóbulos blancos así como de evitar la propagación de los gérmenes. La equinácea posee además otros compuestos activos (alcamidas y derivados del ácido cafeico) que le confieren propiedades antivíricas, antiinflamatorias y cicatrizantes.
Equinácea (Imagen: mis remedios.com)
Para aprovechar su capacidad inmunoestimulante, se recomienda tomar la equinácea un mes antes de que empiece el invierno y ante los cambios de estación. En caso de padecer ya los síntomas, puede ayudarnos a disminuirlos con mayor rapidez. En el caso de embarazo, lactancia o enfermedades autoinmunes es recomendable consultar con su médico antes de tomarla. También se recomienda no consumirla en caso de seguir un tratamiento inmunosupresor, ya que disminuiría su efecto.
La parte de la planta que se emplea es la raíz. En el mercado podemos encontrar la raíz como tal o bien en forma de cápsulas, pomadas o tinturas. Se puede encontrar también asociada a vitamina C para reforzar la capacidad inmunoestimulante.De esta forma, tomar equinácea acompañado de unas medidas higiénicas convencionales como lavarse las manos, cubrirse la boca al estornudar o toser con un pañuelo nos ayudará a mantener en forma nuestras defensas ante la llegada del invierno, o como en este caso, cambios bruscos del tiempo.