La sociedad cambia. Los conceptos en relación con la vida social también cambian. Es el caso del concepto de familia. A continuación se hace un bosquejo de su transformación, bajo la advertencia de que las ideas prevalecientes en una época tienen sus particularidades en cada grupo social.
Antes de la revolución francesa, el concepto de familia se asociaba con la extensión del dominio de un señor. Nótese que el significado etimológico de “familia” es conjunto de sirvientes. En el Diccionario de autoridades de la Academia Española de 1732, la primera acepción para “familia” es: gente que vive en una casa debajo del mando del señor de ella.
En el siglo XIX, el parentesco y la intimidad adquieren relevancia: la reproducción y la crianza se colocan como elementos centrales del concepto. La familia, organizada en función de la moral patriarcal con un esposo y padre como “jefe”, se considera basada en el matrimonio y con la encomienda de socializar a niñas y niños. En sociedades industrializadas se populariza el tipo de familia nuclear (una pareja y sus hijos).
A lo largo del siglo XX, en sociedades urbanizadas y democratizadas se cuestiona la idea misma de un modelo familiar. Se reconoce que siempre han existido múltiples formas familiares. Se hacen visibles las familias monoparentales (padre solo o madre sola con uno o varios hijos) y las reconstruidas (uno o ambos miembros de la pareja con hijos de una relación anterior). También se desmitifica el hogar como un lugar de armonía para prestar atención a la violencia que se ejerce y se sufre en el seno familiar. No obstante, los hijos siguen siendo centrales para el concepto; si no existen, se registra que faltan, es decir: se supone que estén. Todavía ahora es común que en México se diga “van a tener familia”, cuando una pareja va a tener un bebé.
El creciente reconocimiento de la diversidad social y de nuevas formas de vinculación afectiva ha hecho posible que en el siglo XXI se acepte que son familias las formadas a partir de parejas homosexuales, a partir de parejas que deciden no tener hijos, a partir de vínculos diferentes al de la relación de pareja, etc. Cualquier grupo de personas que hace vida en común, en el que los miembros tienen vínculos afectivos íntimos y duraderos y que se percibe a sí mismo como una familia, puede ser considerado como tal. Parece que la evolución del concepto va en dirección de una familia que se elige y en la que el compromiso entre los miembros no coarta el modo de ser de cada cual.