El fantasma de la "Intervención" planea de nuevo sobre la arruinada España, a pesar de que el gobierno de Rajoy acomete reformas y cambios, aunque, por desgracia, sin desmontar el gran escándalo de un Estado grueso e insostenible y manteniendo injusticias abusivas como las subvenciones a los partidos políticos y sindicatos, rechazadas masivamente por la opinión pública. Ante este panorama desolador no hay que olvidar que los grandes culpables son Zapatero y sus cómplices del gobierno socialista derrotado en las urnas el pasado 20 de noviembre, por inepto, corrupto y despilfarrador, por haber gastado tan solo en el año 2011 nada menos que 90.000 millones de euros más de lo que ingresó el Estado, una locura irresponsable digna de ser juzgada en los tribunales. --- Si España fuera finalmente rescatada e intervenida, los nuevos gestores tecnócratas impuestos por Europa y el FMI adoptarían con urgencia las numerosas medidas drásticas y necesarias que los gobiernos de Zapatero y Rajoy, por electoralismo, cobardía y falta de grandeza, nunca se han atrevido a acometer.
La primera será desmontar el poder abusivo de los gobiernos autonómicos, lo que equivaldría a intervenirlos y arrebatarles competencias y funciones, que pasarían a control centralizado. La segunda sería adelgazar brutalmente el Estado, eliminando funcionarios, abusos políticos y, sobre todo, enchufados de los partidos políticos, "colados" en las administraciones "a dedo", sin que aporten nada al bien común. La tercera sería aprobar una batería de medidas de ahorro e incremento de la competitividad que incluiría bajada de las pensiones y sueldos, incremento el horario laboral, eliminación de fiestas y una erradicación drástica de los abusos de los partidos políticos y los sindicatos.
Los bancos serían obligados a fusionarse, a cerrar masivamente oficinas, a reducir personal y a incrementar sus reservas y solvencia. Los nacionalismos extremos vasco y catalán serían bloqueados y los partidos políticos españoles, maniatados para que dejen de destruir el país. En contra de su voluntad, serían obligados a permanecer impasibles mientras se desmonta el incosteable "Estado de Bienestar" que ellos mismos contribuyeron a destruir con sus despilfarros y abusos.
Muchos privilegios abusivos y antidemocráticos de la "casta" política serían eliminados, las prestaciones gratuitas de la sanidad y educación serían rebajadas y los impuestos subirían todavía más, empezando por el IVA. La policía sería reforzada para hacer frente, en las calles, a las protestas y revueltas.
La pobreza que hoy está penetrando poco a poco en las venas de España, irrumpiría en la sociedad como un torrente, con toda crudeza, impulsada por una administración independiente y no sujeta a los bastardos intereses de los partidos políticos, cuyas prioridades absolutas serían limpiar España de lastres y dejar al país preparado para pagar sus inmensas deudas y para afrontar los retos del futuro. Con un poco de fortuna, esas medidas empezarían a surtir efecto antes de un año y una España con sus sinvergüenzas maniatados, tendría una oportunidad para enderezar su rumbo y encontrar un sitio en la prosperidad.
Sin embargo, para asegurar el despegue, España tendrá que cambiar radicalmente ese sistema al que, sin pudor y con desvergüenza, han llamado "democracia", que es en realidad una dictadura encubierta de partidos políticos sin grandeza, con sus filas plagadas de corruptos, ineptos e indeseables.
Es tanta la frustración y tan larga la agonía padecida por la sociedad española en los últimos años que no son pocos ya los españoles que piensan que ser intervenidos es menos malo que seguir "secuestrados" y maniatados por la clase política española, sometida a los intereses de los partidos e incapaz de defender el interés general.
Esos mismos españoles creen que, aunque habrá que soportar medidas dolorosas con la Intervención, valdría la pena sufrirlas si a cambio nos devuelven una democracia decente y cortan el paso a las manadas de políticos que nos han llevado hasta el desastre.
Tal vez tengan razón y lo verdaderamente importante para asegurar el porvenir de España y de sus ciudadanos sea limpiar la cochinera y realizar una purga de caballo que nos libere de parásitos, ineptos y maleantes.