Revista Opinión

Camille

Publicado el 27 mayo 2019 por Carlosgu82

Cuando Camille buscó su mochila, Charlotte ya había salido.

Esperaban esto desde hace días ¿verdad Camille? ¿Sabías que a Charlotte le ocurriría algo malo ese día? Quizás .La viste extraña y no te esperó al salir de la casa. ¿Pudiste evitarlo? Quizás. Te quejas y te quejas de no haber hecho algo.

Cuando tu buen amigo te dijo que tenía un mal presentimiento, en verdad, te asustó, pero dijiste no creer en semejantes tonterías. Nada te impediría de disfrutar de tu última compra, ¿verdad, gran Camille? Bajabas del auto y empezabas a descargar el equipaje. Sería un viaje de un mes.

-“Esa casa de campo te debe haber costado un ojo de la cara, ¿no?”-te dijo Charlotte un día después de la compra.

-“No, qué va” –le respondiste. Quizás sí para muchos, pero no para ti, gran Camille. Todo con tal de complacer a tu gran amor. Oh, cierto, y Charlotte, ¿Dónde está? Ya entró a la casa.

¿Lo hubieses esperado de tu gran amigo?, ¿el mejor de todos? Sí de esos amigos de la infancia: lo hacían todo juntos. Incluso estudiaron lo mismo y lograron hacer fortuna los dos, a la vez que cayeron los dos, juntos  también ¿Recuerdas esas noches sentado con él a varias cuadras de tu casa, para que tu madre no te viera, fumando?-aún vivías con tu madre Camille-¿Qué fue lo que te salvó? Aún no lo crees: el amor.

Pronto te la presentaron. Charlotte Chazal-la típica chica buena, con  su vestidito largo con en encajes a lo niñita de porcelana-no te importó nada, ni mucho menos.

Después de varios días, hasta te quedabas hablando largas horas con ella. Le contabas todo lo que te había pasado: tus miedos a la hora de invertir, tus alegrías cuando ganabas. Era la única chica que, por lo menos, te traía una botella de jugo y una bolsa con galletas.

Poco a poco, empezaste a ganarle cariño y después de varias semanas, terminaste… ¿Enamorándote de ella? Bueno, ya tenías que caer ¿no?

¿Te pareció raro que no desempacara? No, es más tu tampoco lo hiciste. Te sentaste a su lado en la cama. “Descansa”. Ella, obediente, se hechó y se cubrió desde la punta de los dedos de los pies, hasta la coronilla.

Hacías fortunas ¿Por qué caíste en las drogas? Bueno, por eso mismo. Llegaste a reunir tanto dinero que dejaste por olvidado el verdadero sentido de la vida. Tu amigo y tú simplemente  llegaron a gastar un cuarto de su dinero-tenían demasiado- en vicios: sexo, drogas, alcohol…Pero no te lo crees. El amor: eso te levantó. Sí, creo que la amas, en verdad lo haces.

Al otro día tomaron desayuno como cualquier día. La viste tranquila.

¿Recuerdas? Les dijiste a tus padres que querías ser pintor, luego escritor, escultor… A ellos no les importo ni un poco: se habían dado cuenta, desde que eras pequeño, que te gustaba negociar. Y no se equivocaron. Estudiaste Economía y, tras dos largos meses sin trabajar, decidiste probar en la bolsa de valores. Pediste a cada familiar una pequeña suma de dinero para invertir y, tras tus dos primeras sesiones, recuperaste  el dinero que pediste prestado y ganaste lo suficiente para asegurarte una vida lujosa.      Te dijeron que era suerte de principiante ¿Te importó? No. Seguiste invirtiendo y llegaste a reunir una enorme fortuna.

Luego, el nerviosismo regresó. No te preocupó demasiado. Tal vez este viaje sería la solución.

Después de la boda, te compraste la primera casa que te gustó y no te importó el precio. Como siempre tú, gran Camille. Ella te dio a conocer su deseo de tener hijos: te asustó. Hablaron y ella se molestó, pero se resolvieron después las cosas: le prometiste que los tendrían. Tu matrimonio era perfecto ¿Qué pudo haber pasado para que ella esté tan ida? No lo sabías ¿Por qué no se lo preguntabas? ¿Sospechabas qué podría haber estado pasando?

-“¿Vamos a pescar?”

-“No tengo ganas. Voy a caminar por ahí. No me sigas, por favor. Quiero estar sola.”

No te importó .Después de asegurarte de que se había alejado un buen tramo, la seguiste. Hay un auto ¿Tú buen amigo? ¿Sabes lo que está pasando? Charlotte se iría con él. Era imposible, no tenía equipaje, ¿o sí? .Le habías encargado a tu buen amigo tu casa cuando hiciste el viaje. Sacó ropa de ella mientras estaba allí.

Gritaste y llegaste corriendo a su encuentro. Tu buen amigo, en un rápido  movimiento, cogió a tu mujer como rehén y apuntó su cabeza con un arma. Tú paraste y trataste de tranquilizarlo. Ella, llorando, te dijo que los dejaras en paz. No había más remedio. Ya no te quería. Te acababa de confesar que solo lo hacía por tu dinero ¿Te acabas de acordar porqué te habías prometido que ya no te enamorarías? Por la falsedad del amor. Acababas de acordarte de que eso no existe. Genial, ¿no? La mejor forma de aprender algo.

Como acaban de informar los estudios de los psicólogos de la corte, tu buen amigo tenía problemas mentales. Te dijo que no avanzaras ni un paso más, si no dispararía. Te moviste un poco y él disparó.

 
***

Ya habías ganado el juicio. Según  decía tu abogado, solo faltaba una sesión, que sería para informar sobre la condena que debería pagar tu buen amigo.
En la noche, al parecer, te sentías tranquilo. Lo más probable era que pagara una cadena perpetua por matar a una mujer.

Toco tu puerta.

-“¡Tú!”-todavía recuerdo tu rostro.

-“Sí, soy yo, tu buen amigo ¿Sabes qué? Hoy me puse a reflexionar y me di cuenta de que quiero matarte. Soy un enfermo mental ¿No? No te preocupes. Te daré el privilegio de matarte con el mismo revolver con el que maté a tu amada Charlotte”-te apunto.

Ay, ya deja de forcejear. No conseguirás nada. Te mataré y no podrás evitarlo. Ya estás en el piso ¿Enserio? ¿Ahora? Cierto, las balas se quedaron en mi bolsillo. Te patearé para que te demores en pararte. Listo. Las balas ya están en el arma ¡Morirás! ¿Dónde estás? ¿Me estas agarrando desde atrás?, ¿olvidaste que siempre tuve más fuerza que tú? Te tiro al piso. ¿Cómo te levantaste tan rápido? Me estas quitando el arma. Una patada en la mano y se te cae. Lo logré. Recojo el arma.

-“Mejor me voy: estoy aburrido de esto. Se me acaba de ocurrir algo: te mataré mañana.”- Tú, iluso, te das la vuelta y yo hago el ademán de salir. Vuelvo a tu encuentro y, al apuntarte otra vez con el arma, dispuesto, con todas las ganas del  mundo, a disparar, volteas y me das un golpe en la sien con uno de tus costosos jarrones de la dinastía no-sé-qué.

Por un momento me desmayé. Al despertar pude escuchar a los enfermeros de la ambulancia comentar sobre el partido pasado y reírse. Logro, con mucho esfuerzo, verte sentado y, por raro que parezca, confieso que te noté preocupado ¿Por mí? Al parecer. Luego escucho esa maquinita con su: “pi-pi, pi-pi” que supuestamente te indican el estado del corazón. Ese sonido ha cambiado ¿Eso es raro? Me están tocando la muñeca, el cuello, según ellos buscando mi pulso ¿No se supone que cuando ya no se tiene pulso se está muerto? ¡Yo puedo ver!, aunque apenas abro los ojos ¿Tanto daño me habría hecho ese golpe? Todos dicen que he muerto ¡Eso no es verdad! Escucho sus conversaciones, aunque ya no puedo ver nada.

Escucho sus preguntas: ¿Quién era? ¿Por qué le pasó esto? ¿Tiene una gran herencia por dejar? ¿Tiene familia? : “Sí”

Yo no tengo familia. Yo vivía solo en mi gran casa de la ciudad. Nunca hice un testamento ¿Por qué respondiste eso? Ahora escucho un movimiento de papeles ¿Estas firmando algo? Ya estoy muerto, ¿no? ¿Me hablas al oído? Ahora quién es el loco.

-“Ahora todo lo tuyo es mío, como siempre ¿verdad? ¿Qué te parece, gran amigo?”

 
***
Me acabo de dar cuenta de lo que el dinero y el rezago de una vida metido en las drogas pueden hacer ¿Éramos felices? Nunca. Solo se aparentaba eso. Teníamos todo lo que podíamos pedir y esto nos pasó. Loco estábamos los dos, querido amigo.

Eso de ver la luz al morir era cierto  ¿Voy hacia allá? No, me quedaré caminando por estos nuevos lugares, aunque no vea más que oscuridad y tinieblas por estos lados. Ahora recuerdo todos mis sueños, todo lo que perdí y todo lo que le hice perder a una persona, a mi buen amigo. ¡Pero la linda Charlotte no le quería! ¡Le hice un favor! Debería estar agradecido ¿Por dónde llegue hasta acá? Quiero regresar y lo quiero matar.

Camille


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