Hagamos esta corta oración:
“Señor, en esta hora vengo ante ti, para pedirte perdón por mis faltas y pecados, límpiame con tu sangre preciosa, ayúdame a guardar tus mandamientos y a vivir solo para ti; santificándome cada día, en el nombre de Jesús. Amen”.Revista Religión
"Y caminó Enoc con Dios....." Gn 5:22La Biblia no habla de la vida de Enoc con detalles, tan sólo lo menciona para decir que caminó con Dios. Esto nos describe su gran devoción a Dios, lo cual significa, que él tenia una sagrada reverencia hacia Dios, era tanta su fé, que vivía confiado en su palabra y sus promesas, trató de llevar una vida santa y abrazó los caminos de Dios, mientras se mantuvo firme contra la impiedad de su generación.El ejemplo de la vida de Enoc debe llevarnos a meditar, ¿vivimos en verdadera santidad? ¿Esperamos la venida de Jesucristo para estar con El para siempre? Dios en su palabra nos recuerda que debemos “ser santos porque El es Santo” (1P 1:16), “sin paz y sin santidad nadie verá al Señor” (Heb 12:14), esto implica que debemos “guardar sus mandamientos” (Jn 14:21).Nosotros estamos llamados a ser “luz del mundo” (Mt 5:14), “sal de la tierra” (Mt 5:13); Cuando El Señor nos rescató de nuestros malos caminos, nos selló con su Santo Espíritu; El que nos ayuda y guía a toda verdad (Jn 16:13), es por esto, que al ser luz y sal de la tierra, debemos marcar la diferencia al hablar, al conducirnos. Dios renueva nuestras vidas de tal manera que ya nos somos los mismos (2 Co 5:17), con nuestro testimonio podemos llevar a otras personas a conocer a Dios y a vivir una vida santa. Así como Enoc se mantuvo firme en su generación, nosotros debemos procurar en este tiempo, donde el pecado y la maldad ha aumentado, estar consagrados para Dios, creyendo en sus promesas y esperando su venida.