Daniel Merino es, de largo, uno de los músicos cuya trayectoria he seguido más de cerca en los últimos tiempos. Él es sin duda uno de los músicos más conocidos y queridos de la escena bilbaína, y aproveché los años que pasé en la ciudad para asistir a muchos de los conciertos que ofrecía, ya fuera acompañado de su maravillosa banda o en acústico, defendiendo sus canciones con la única compañía de una guitarra a la que, por cierto, sabe hacer sonar como pocos. Este seguimiento hizo que fuera testigo directo de cómo las canciones del que en su día fuera el barbudo más carismático de la escena musical fueron cogiendo forma y ganando peso hasta encontrar su forma definitiva, la que podéis encontrar en el último disco que publicó hace ya unos meses; Otra vida. Aunque suene a tópico, me veo obligado a decirlo; el último disco de Dani, señores, es el mejor que ha firmado en su ya dilatada trayectoria. Del vizcaíno siempre se han resaltado su incuestionable maestría a las seis cuerdas y su carismática voz, pero esta vez, además, ha conseguido firmar un puñado de canciones que demuestran que se encuentra en un momento muy dulce de su carrera, quién sabe si el mejor. Hoy me apetece compartir con vosotros Caminar sobre el alambre, uno de los mejores temas de un disco en el que hay mucho por descubrir, una canción en la que podemos paladear al Dani más rockero y directo del álbum. Un tema potente para darle un buen bocado al día desde primera hora de la mañana. Disfrútenlo...