La mayoría de los niños da sus primeros pasos y dice su primera palabra durante esta etapa. Es un momento emocionante para ti y para él. Sigue el ritmo de tu hijo y resístete a compararlo con otros niños. Llegará a la misma meta, pero a su debido tiempo.
Los bebés son muy decididos. Además de gatear, dar pasito y correr, tu niño seguramente disfrutará trepando sobre, bajo y por encima de cualquier obstáculo, aparte de subir escaleras. Este comportamiento natural le ayudará a fortalecer los músculos y a mejorar la coordinación y el equilibrio.
Cómo estimular el movimiento y el aprendizaje:
· Permítele a tu hijo libertad de movimientos. Pasea con él a diario, tanto dentro como fuera de casa. Él está mucho más cerca del suelo que tú, y cada paso es una aventura sensorial. Háblale sobre el entorno, señálale los colores, criaturas y objetos.
· Proporciónale un lugar seguro para jugar y deambular, donde el niño no pueda hacerse daño ni hacérselo a ninguna de tus pertenencias.
· Elógialo exageradamente mientras explora, y haz comentarios estimulantes para reforzar sus progresos.· Si te pone nerviosa observar sus inestables pasos, intenta que no se note.
Es inevitable que se caiga, pero la altura no será excesiva y , tras recibir consuelo, sin exagerar, la experiencia lo animará a seguir intentándolo y a aprender de sus errores.
Equilibrio Esencial
Aprender a mantener el equilibrio es una habilidad esencial que hay que aprender, desde el útero materno. Se controla mediante el mecanismo de equilibrio del cuerpo, o sistema vestibular. Es uno de los primeros sistemas en desarrollarse, nos ayuda a ubicarnos respecto a nuestro entorno. Por ejemplo, nos indica la distancia hasta la silla para evitar que tropecemos, y nos informa de nuestro tamaño con respecto a los objetos para que, por ejemplo, sepamos si cabemos por una puerta.
Hasta que el sistema vestibular no esté completamente desarrollado, no se desarrollarán los demás sistemas sensoriales. Todos los sistemas sensoriales necesitan estar integrados para que se produzca el desarrollo de los sistemas “superiores”, como el pensamiento y la comprensión (cognición), y la capacidad para controlar el comportamiento. Un sistema de equilibrio poco sensible produce torpeza. Un sistema excesivamente sensible conduce a problemas de movilidad, como mareos al viajar.
El equilibrio requiere tiempo para perfeccionarse. Actividades infantiles como la natación, saltos y balanceos, y otros movimientos repetitivos, son beneficiosos para contribuir al desarrollo del sistema vestibular. Intenta recordarlo la próxima vez que tu bebé salte sobre el sofá, ya que esto favorece el desarrollo del movimiento, la posición de la cabeza, el movimiento ocular, la coordinación y la consciencia corporal.
Animar a tu hijo a que se mueva estimulará el desarrollo de su equilibrio y le ayudará a aprender a centrarse. Las señales que indican que el sistema vestibular aún está en desarrollo incluyen: retorcerse o balancearse excesivamente en la mesa, la necesidad de correr sin parar, y una hiperactividad o incapacidad para concentrarse. La mayoría de estos comportamientos son normales, a no ser que persistan más allá de la etapa de bebé. El mecanismo de equilibrio suele estar desarrollado hacia los 12 meses, pero, en algunos casos, proseguirá a través del juego y del aprendizaje de la tranquilidad y la concentración.
Aprender a Hablar
Tu bebé empezó a comunicarse desde el momento de nacer, y a los 12 meses te indicará qué quiere señalándolo y gesticulando. Sin embargo, lo que de verdad marca el desarrollo del bebé es el aprendizaje del lenguaje.
Sus primeras palabras serán muy simples y, normalmente, implicarán a una persona (yo, papá), un objeto (taza, cama) o una acción (adiós, ir). A lo largo de los siguientes meses, muchos niños desarrollarán un vocabulario de unas 20-50 palabras. Para su primer cumpleaños, tu hijo será capaza de hacerse entender, más o menos, con palabras.
Su manera de descubrir las palabras será en gran medida accidental, pero muy emocionante para ti como madre. Entenderá muchas más palabras de las que será capaz de pronunciar, y empezará a comprender y a responder a instrucciones sencillas.
En esta fase, es normal que los bebés utilicen la misma palabra para varias cosas. Por ejemplo, la palabra “gato”, puede aplicarse a cualquier animal; “Caliente”, puede utilizarse para querer decir “está caliente”, o “no me gusta”, o “enfríalo”. Esta fase durará varios meses. No te preocupes si las palabras son poco claras o imprecisas, con el tiempo mejorará.
Aprender a hablar es muy gratificante para un bebé ya que logrará hacerse entender y reducirá su nivel de frustración, de ahí el enorme incentivo que supone y la rapidez con que aprenden nuevas palabras y significados. Si respondes positivamente y te llenas de sonrisas cada vez que tu hijo hable, lo animarás a progresar y a divertirse con el lenguaje.
Sintoniza con tu bebé
- Capta su vocabulario y presta atención al tono de voz. A menudo expresará mejor lo que quiere decir subiendo o bajando el tono.
- Muestra emoción y exagera tus respuestas para que tu hijo perciba con mayor facilidad la cadencia de las palabras.
- Observa su lenguaje corporal. ¿Hacia dónde mira mientras balbucea? ¿Hace algún gesto, como señalar o sonreír? Más del 70 por ciento de los mensajes no son verbales. ¿Qué más te dice tu hijo?
- Cuanto más le hables a tu bebé, más vocabulario aprenderá. Ponte a su altura y establece un buen contacto visual mientras le hablas. El lenguaje no sólo se aprende escuchando, sino también asimilando el tono de voz, la expresión facial, el estado de ánimo y la emoción.
- Canta, cuenta cuentos y chistes, inventa rimas simplonas y acompaña las canciones infantiles con gestos.
- Mimetiza tu ánimo, expresión facial y lenguaje corporal con el suyo, él lo interpretará como señal de que lo comprendes. Esto significa que es menos probable que se muestre frustrado o retraído. Por ejemplo, si está contento muéstrate contenta tú también.
- Dale tiempo para responder. Las pausas estimularán a tu hijo para que hable y aprenda a utilizar el lenguaje para decirte lo que quiere hacer. Por ejemplo, si le haces cosquillas, espera una señal suya que signifique “hazlo otra vez”. De este modo, también evitarás hacer algo que no le guste.
- Ten paciencia con la costumbre de tu bebé de repetirlo todo. Lo está grabando en su cerebro.