7 de junio de 2014
No siempre va a ser irse a correr solo y pensar en zapatillas, minutos por kilómetro, series y demás “runnerias”. Hoy tocaba salir a dar una vuelta por el campo pero con la familia (y echar algún ojo de paso a la ruta para volver otro día a correr por aquí...)
Han sido 8 kilómetros de marcha por La Marañosa, dentro del Parque Regional del Sureste, en Rivas Vaciamadrid. Buen lugar para andar un poco con los niños, observar bonitas vistas, parar a tomarse un bocata y respirar. Las niñas se lo han pasado en grande.
La ruta en wikiloc: aquí
La caminata:
Desde Rivas Pueblo cruzamos la A-3 (o coges la salida del km. 19 si vienes por la A-3) y seguimos la carretera que va al Centro de Protección Civil, después se convierte en camino. En la bifurcación cogemos el camino de la izquierda y por allí hay que dejar el coche.Una vez allí empezamos a andar. Cruzamos el Puente del Congosto sobre el Manzanares y avanzamos por el camino hasta Casa Eulogio. A la derecha amarillo cereal, a la izquierda verde maíz.
Pasando Casa Eulogio encontramos el camino que bordea La marañosa, del que ya hablé en la ruta "Correr en Rivas (Capítulo 2): Vuelta a la Marañosa", pero hoy tocaba subir y andar por dentro (nunca lo había hecho).
Cogemos el camino por la izquierda (volveremos por la derecha) y avanzamos por él. En otras épocas se ven muchos conejos, pero hoy solo “bichos” pequeños, aunque hay que fijarse bien para verlos.
A poco más de un kilómetro cogemos una senda que se adentra en el monte, pero no es la buena, tenemos que volver al camino principal...
...donde poco más adelante sale un camino con la clara indicación de “prohibido el paso”, está claro que tiene que ser este.
Queremos bordear La Marañosa pero esta vez por arriba, así que vamos dejando los caminos que encontramos a la derecha y siguiendo por la parte más exterior.
Los barrancos que vamos cruzando están mas verdes que el monte... hasta higueras vemos que tiñen de un olor dulce el camino.
Y algún bichito más.
Abajo queda el Manzanares.
Y Rivas... y los cultivos de maíz...
... y algunos resto también de la Guerra Civil...
Poco después del kilómetro 3 empezamos a meternos entre pinos y llegamos al punto más alto del recorrido, Pico Coberteras (629 m.)
Desde aquí durante aproximadamente 2 km. vamos a la mismas altitud, entre pinos, por una pista en una especie de meseta.
Seguimos descubriendo plantas, formas, colores, naturaleza, belleza...
Poco después del km. 5, tras de unos cuantos “papa, y cuándo comemos”, hacemos un alto en el camino y damos cuenta a los bocatas que nos habíamos traído.
A partir de aquí, la mayor parte del camino es cuesta abajo. Hay varías opciones para hacer el recorrido más o menos largo, según las fuerzas, tiempo o preferencias de cada uno. Nosotros cogemos uno que ni es el más corto ni el más largo. Después del bocata tenemos energía para seguir, pero mejor que las niñas se queden con buen sabor de boca y ganas de repetir, hasta ahora se lo van pasando bien, a que queden reventadas y no quieran volver.
A partir del km. 6 el terreno empieza a ser mas erial y menos arbolado, monte “pelao”, aunque a lo lejos se sigue viendo bosque.
Antes del km 7 ya estamos de nuevo en el camino principal, otra vez pinos, y...
... tras bordear Casa Eulogio, mi hija mayor me reta a correr los últimos 800 m. hasta el coche, ¡¡Reto aceptado!!.
Bueno, pues ya estamos de nuevo en el coche. Bonito paseo, hemos andado, nos ha dado el aire, hemos comido, hemos visto naturaleza, que mas podemos pedir... Muy recomendable para sacar a los niños a la naturaleza real y alejarlos un poco del mundo virtual.
Ay señor, jubílame pronto!!