Uno de los mayores problemas a la hora de organizar la boda era conseguir llegar al altar. Sinceramente, no tenía quien me llevara. Increíble, lo sé, pero tengo que decir que toda la boda la organizamos muy cerca de casa y que muy pocas personas utilizaron coche para ir y las que lo hicieron llevaban sillitas de bebés, iban 5 en el coche y un largo etc. de situaciones. Finalmente mi suegro contrató una limusina para que me llevara.
Estuvimos bastante tranquilos es más 4 horas antes de casarnos mi marido estaba viendo el telediario y yo respondiendo emails de familiares que no podían venir a la boda, sentaditos uno junto al otro en el sofá de casa.
Nos casábamos a las 19h y siendo una ceremonia civil nos habían rogado ser muy puntuales por lo que la limusina me recogía a las 18:30 para no llegar tarde. En fin, 18:30 y la limusina no llega, 18:40 la limusina sigue sin llegar y una que estaba embarazada de 24 semanas empieza a hiperventilar, 18:45 y llama mi pobre suegro para decir que el coche que teníamos asignado se había averiado y que mandaban otro, pero que este otro estaba finalizando un servicio. ¡Se me salía el corazón del pecho! Cuando a las 18:55 no había llegado ninguna limusina ya tenía el teléfono en la mano dispuesta a irme en taxi, pero dispuesta dispuesta ¿eh? Si no llega a ser por mi hermana hubiera hecho una entrada triunfal llegando al palacete donde nos casábamos en un precioso taxi negro y amarillo de los que tenemos en Barcelona.
La limusina llegó a las 19:05 y yo a la ceremonia a las 19:20 ¡gracias a Dios que escogimos un sitio cercano!
¿Os pasó algo parecido cuando os casásteis?