Caminos que no llevan a ningún sitio
Caminando sin rumbo por no saber que hacer, quería llegar lo mas lejos posible.
Creía que podía dejar todo atrás sin más.
Pretendía alejarse de todo y de todos y encontrar consuelo en el mero hecho de caminar sin parar.
No quería pensar en nada, no quería llorar ni reír, solo ir lejos, muy lejos pero sin prisas.
Sentía que haciendo esto se iba a liberar de sus problemas. No pensaba en la vuelta, no pensaba en nada.
Tenía que andar, tenía que huir sin remedio, no había solución a su desastre.
Tenía que llegar a ningún sitio cuanto antes, seguía caminando…
Pasó mucho tiempo, no se sabe cuánto y su andar se fue haciendo cada vez más y más lento.
Entonces se paró. Se paro al lado de un lago de agua cristalina sin peces.
Se asomó al agua y vio su reflejo. Su rostro no era su rostro, pero sus ojos sí.
Había envejecido en su viaje. Había andado demasiado. Ya no tenía fuerzas para volver a su hogar.
Ahora, ahora que tantas ganas tenía de dar la vuelta, de llegar de nuevo a su casa, a su esposa, a sus hijos… Nada de eso existía ya.
Se dio cuenta que andar sin rumbo le había costado muy caro…Quedo solo, no dio un paso más…
Para aquellos que creen que pueden huir de sus problemas sin más, y que piensan que el alcohol, las drogas, o el juego serán un camino con retorno. Quizas podrán volver pero, ¿quedará algo o alguien cuando lleguen?