Revista Diario

Campamento de verano, ¿a favor, en contra o todo lo contrario?

Por Belen
Campamento de verano, ¿a favor, en contra o todo lo contrario? Llegadas estas fechas el campamento de verano se convierte en la tabla salvavidas que muchas familias necesitan para poder conciliar más allá del curso escolar ordinario. Muchas de mis amigas buscan con esmero durante la primavera para encontrar un colegio, un centro cultural, un polideportivo o algún taller donde poder dejar a sus polluelos unas horas y así poder trabajar. 
Mi trabajo me permite flexibilidad horaria, a parte de trabajar en casa.... lo sé, lo sé, muchos en este instante exclamaréis: ¡qué suerte! Bueno como todo tiene sus pros y sus contras. Por tener este tipo de trabajo yo no he llevado nunca a Rayo a un campamento urbano. La verdad que si me hubieráis preguntado en junio si me gustaría llevarle, rotundamente hubiera dicho que no. El curso se hacía ya muy cuesta arriba, el niño estaba cansado de madrugar y yo notaba que necesitaba sacudirse horarios, rutinas y clases. Necesitaba, como todos cuando hemos sido niños, perecear, no mirar al reloj, jugar sin límites y de vez en cuando hasta aburrirse. ¿No habéis hecho eso vosotros en verano?
Si me preguntáis ahora si quiero llevarle a un campamento la respuesta se ha convertido en un rotundo sí. Sigo pensando que necesita olvidarse de horarios y responsabilidades, sigo pensando que si mi trabajo me lo permite, ¿para qué voy a llevarle? Pero la realidad es que necesita jugar, y sobre todo, necesita compañeros de juego. Se aburre en casa, quiere que juegue todo el tiempo con él, aunque sí es cierto que parte de la mañana logra entretenerse: un poco de tarea divertida (sobre todo matemáticas que le pirran), tocar la flauta, unos poquitos dibujos, un partido a la Wii, un paseito corto por el parque (corto, porque menudo calor hace en Madrid). Pero entre medias hay quejas, tiras y aflojas, y yo tengo una responsabilidad, una casa y un niño que atender al tiempo. 
Y hoy le he preguntado... antes de buscar nada, que será ya difícil encontrar una plaza en algún sitio que no valga una fortuna. No quiero que se quede a comer (no lo hace ni durante el curso), no quiero que madrugue, sólo quiero que pase unas horas divertidas donde yo pueda hacer del tirón mi trabajo y así luego poder dedicarle un tiempo de mayor calidad y de mejor dedicación. "¿Rayo quieres ir a un campamento de verano?". Su respuesta también ha sido contundente: "¡¡¡NO!!! No quiero madrugar, no quiero tener que ir todos los días como si fuera al cole, mamá el verano es para estar en casa, jugar y descansar, ¿por qué me quieres llevar ahora al colegio?". 
Dicho esto, ¿qué más puedo añadir yo? 

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog