Se ha iniciado una feroz campaña de desprestigio y criminalización hacia el sistema de justicia venezolano, en el que el ejercicio de la potestad punitiva y mantenimiento de la seguridad que por ley es exclusiva del Estado, parezcan acciones que lesionan los derechos humanos de los ciudadanos, ¿qué buscan con esto?
Desde que a María Corina Machado se le metió en la cabeza que ya era hora de tomar la presidencia usando cualquier vía para llegar “Hasta el final”, ha retomado la campaña sucia contra Venezuela. Debemos estar claros que cualquier persona que llame a una invasión militar extranjera, imposición de bloqueos financieros y comerciales o se valga de una usurpación de funciones para robar los recursos de su país, está cometiendo un delito grave contra la nación que genera responsabilidad penal, civil y administrativa en Venezuela y en cualquier legislación del mundo.
La estrategia de criminalizar a Venezuela a través de los medios de comunicación, no es reciente, en el año 2014 la ley pública 113-278 emanada por el Congreso de EEUU estaba concebida para dañar la imagen de los funcionarios venezolanos que enfrentaron las guarimbas que buscaban un golpe de Estado, es así, como el ejercicio de las funciones normales de un cuerpo de seguridad de cualquier país, fueron en Venezuela señalados como acciones criminales, violando la jurisdicción venezolana.
Recientemente, la abogada Rocío San Miguel, amparada bajo una ONG, se involucró en el plan magnicida “brazalete blanco”, el cual buscaba asesinar al presidente Nicolás Maduro y atacar instalaciones militares en la frontera. Ahora, cuando el sistema de justicia y los cuerpos de investigación criminal hacen frente a estos grupos terroristas, nuevamente se activan los medios dirigidos por estos mismos actores a gritar “violación a los derechos humanos”
Estas campañas forman parte de las nuevas formas de guerra y buscan debilitar la capacidad del Estado para mantener el orden interno, erosionar el uso legítimo de la fuerza e incorporar organizaciones criminales que generen el esperado caos interno y concretar el “cambio de régimen”, aplicando la misma doctrina del shock que tuvo éxito en Chile, Libia, Sudáfrica y otros.
No nos dejemos engañar por estas campañas sucias contra Venezuela, el que quebranta la ley debe asumir su responsabilidad.