La abuela de una de nosotras era lo que nosotras llamamos una "gran señorona"... De esas que, a pesar de su edad avanzada, mantienen el porte y el estilo que tuvieron en su juventud. No, no es cuestión de belleza, ni siquiera de nivel económico o social...; es una actitud, una forma de vida que determinadas personas adquieren desde su pronta infancia y que hacen irradien atracción sin que ellas mismas se lo propongan. Así era la abuela Ana. Siendo pequeñas sus nietas, y a pesar de tener su residencia en la bonita ciudad de Ronda, pasaba temporadas en casa de su hija y su yerno, padres de una de nosotras. Allí se sentaba en su sillón, muy elegante siempre, y con "Paulita" (la gata que entonces teníamos en casa y que en paz descanse), nos contaba anécdotas y recuerdos de su vasta familia. Entre otra de sus costumbres, estaba la de tener siempre una campanilla al lado. Así avisaba, dado su avanzada edad, cuando necesitaba algo y no había nadie en la habitación. Esos graciosos llamadores son los que hoy toman protagonismo. Esperamos os gusten.
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Pues nos ha costado la misma vida encontrar buenas fotos de estas "delicatessen", que ya sólo tienen una función meramente decorativa. ¿Tenéis alguna en casa?