Revista Deportes
Espectacular, increíble, extraordinario, portentoso. Faltan adjetivos para calificar lo logrado por el Turia B este fin de semana en la piscina del polideportivo de Nazaret. Un equipo compuesto por gente de la casa, con una edad promedio que como mucho llega a los 20 (y con muchos jugadores de 15, 16 y 17), se ha impuesto a los tres cuadros madrileños y los dos de la Comunidad Valenciana con quienes disputaba la Fase Final de Tercera División (zona cuatro), y ha conseguido el primer lugar que otorga como premio el ascenso a Segunda División Nacional.
La actuación del filial del Turia ha sido brillante. Se iniciaba el viernes por la tarde, con una autoritaria victoria por 15 tantos a 5 frente al C.N. Elche. Era una declaración de intenciones, una manera de decir presente, y postular la candidatura de un waterpolo marca de la casa: dinámico, fuerte en defensa y alegre en el ataque. Un cuadro compacto y solidario, donde todos nadan y nadie es más importante que el conjunto. En resumen, una muestra perfecta de lo que son los valores del Turia: Solidaridad, lucha, entrega, respeto por el rival y por el compañero, y un constante deseo de mejorar, tanto dentro como fuera del agua.
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El sábado a las 12 vino la primera prueba de fuego: El C.N. Pozuelo. Un equipo compuesto de veteranos forjados en mil batallas. La experiencia contra el ímpetu juvenil. En el agua no hubo color. Un primer parcial de 6 a 0 sentenció un partido, donde el Turia jugó con una soltura, una confianza en sus fuerzas, y un rigor táctico, que en principio no se le supone a un grupo tan joven y en una instancia tan seria. Punto aparte el magnífico ambiente en el polideportivo de Nazaret, engalanado como en los mejores momentos de la temporada pasada por los cánticos y la alegre bulla del fiel y sufrido público del club valenciano. Emocionaba ver también como los jugadores del primer equipo no perdían detalle del encuentro, sentados a borde de campo animando a sus compañeros más jóvenes y celebrando los goles como un hincha más.
Pero el plato fuerte vino por la noche: el C.N Cuatro Caminos; un equipo que en el papel (y en el agua) era un claro favorito para hacerse con el puesto de ascenso en liza. Fue un partido a la altura de las expectativas, de constante intercambio de golpes con ventaja inicial para los madrileños primero, y para los locales luego. Cuando el cuarto parcial llegó a su final, el luminoso señalaba un empate a 10 y había que recurrir a la definición a penaltis. Ahí también la igualdad fue máxima, y recién en el 7 a 6 Juan García le daba el triunfo y la alegría a su equipo y al público que correspondía, ruidoso, desde la grada.
De esta manera el Turia llegaba al domingo con todas sus posibilidades intactas. Y aunque el ambiente era cauto, siempre con consciencia de la dificultad que la gesta entrañaba, la sensación de que terminar primero era posible flotaba, densa en el ambiente. El partido de las 12 contra el C.N. San Vicente se resolvió con solvencia y un categórico 15 a 5. Ahora todo se resolvería contra el A.R. Concepción, que se presentaba al encuentro invicto y con los mismos 12 puntos que el Turia. Una final en toda regla, con el ascenso a Segunda División Nacional en juego.
Y se hicieron las siete de la tarde. Y el partido comenzó con una respetuosa igualdad que se tradujo en un primer parcial empatado a uno. Sin embargo en el segundo, el Turia se soltó, pisó el acelerador y rompió el encuentro firmando un 6-2, que durante el tercer parcial (3-2) permitió a los locales llegar a ponerse 10 a 4 por delante. La ventaja 10 a 5, con que se iniciaba el último cuarto parecía presagiar un final plácido para el Turia; pero nada más alejado de la realidad. Los nervios por ver la gesta tan cerca, y el arreón del Concepción (Campeón de Madrid, vale la pena recordar) llevaron a que los visitantes se colocaran a un solo tanto de distancia, instalando el nerviosismo en las instalaciones de Nazaret. Sin embargo el Turia ya estaba demasiado cerca como para dejar escapar la proeza, y un tanto más del equipo valenciano sellaba definitivamente la suerte del partido y de la eliminatoria, y despertaba el delirio de las gradas que se vio reflejada en el agua una vez el árbitro señaló el final del encuentro. 11 a 9 y el ascenso a Segunda ya era una realidad.
Aunque las acciones de este grupo de jugadores ya habla con suficiente volumen, es necesario y justo recalcar la valía de lo logrado, recordar el enorme valor que tiene haber logrado superar a otros dos equipos de formidable calidad, que en palabras del técnico Rubén D. Rodríguez hicieron méritos de sobra para merecer el premio. Destacar la juventud del grupo, y la calidad y actitud del mismo; reflejo del espectacular trabajo de cantera realizado por un club preocupado de formar buenas personas además de buenos jugadores. Ahora solo queda disfrutar, disfrutar del triunfo y de un equipo que invita a soñar con un futuro brillante; disfrutar y dar las gracias, gracias porque aún existan atletas que compitan por el simple y puro amor a un juego y a un club, sobreponiéndose a todas las dificultades que se presentan dentro y fuera del agua, y regalándonos momentos imborrables como los de este fin de semana en Nazaret; dar las gracias, porque pasión y magia como ésta, no se puede comprar con dinero. Gracias equipo, sois enormes.