La magnetoterapia es una de las herramientas del arsenal de la fisioterapia. Está presente en muchas de las unidades de la sanidad pública y privada. Sus pretendidas aplicaciones son muy numerosas, tantas que es razonable poner algunas, o muchas, en duda. Las revisiones de la literatura nos pueden ayudar a clarificar algo esta situación.
Una de la aplicaciones más comunes de la magnetoterapia (MGT) es la facilitación de la consolidación de fracturas. La osteoporosis es otra de ellas, y es precisamente esta cuestión la que estudia la revisión de Wang, publicada en 2016 (1).
Los tratamientos habituales para la osteoporosis son dieta, cambios en el estilo de vida y los fármacos (teriparatida, denosumab y bifosfonatos). Parece que la MGT tiene efectos en la proliferación de múltiples líneas celulares, el crecimiento de osteoblastos fetales y la proliferación de células madre mesenquimales de la médula ósea (CMMO). Estas son células pluripotenciales que pueden ser osteoblastos, condrocitos, adipocitos y miocitos. Hay una relación recíproca entre la adipogéneis y la osteogénesis, cuyo equilibrio se puede romper por enfermedades. Así, la disminución de la formación ósea y el aumento de la adipogénesis ocurre con la edad, la inmovilidad y la osteoporosis.
Imagen de http://dicasdesaude.blog.br/o-que-posso-fazer-para-prevenir-a-osteoporose/
Los efectos de los campos magnéticos dependen del tipo de célula, de su estado y de los parámetros de la MGT. En el caso de la CMMO parece que promueven la diferenciación osteogénica e inhiben la adipogénica. Por otro lado, pueden inhibir la osteoclastogéneis y acelerar la apoptosis de los osteoclastos maduros.
Hay estudios que parecen apoyar los efectos del la MGT en la osteoporosis y en el dolor provocado por la misma, especialmente en la osteoporosis tipo I (usualmente los parámetro son 50 Hz y una intensidad menor de 20 mT). En cuanto a la densidad de masa ósea, hay controversia sobre el efecto que produce. Se relatan efectos, a la vez que estos pueden no permanecer a largo plazo. Otros hablan de ausencia de los mismos.
En cuanto a los mecanismo moleculares por los que la MGT puede actuar la revisión propone dos. El aumento de calcio intracelular, que propicia el aumento de oxido nítrico, esto aumenta la síntesis de guanosín monofosfato cíclicov(GMPc) y subsecuente activación de la proteína quinasa G (PKG). Este proceso estimularía la diferenciación y maduración de osteoblastos. Otro posible mecanismo es la vía RAS/RAF/MAPK, implicada en la supervivencia, la proliferación y la diferenciación de la célula, incluidos los osteoblastos. Además, esta vía también podría estar implicada en el equilibrio entre diferenciación osteogénica o adipogénica de CMMO.
Por tanto, la MGT puede ser una herramienta útil en el tratamiento de la osteoporosis, a pesar del la falta de cuerdo en los parámetros a utilizar y de que los mecanismos de acción no estén claros. Sin embargo, no todo queda en el hueso. Se han propuesto otras aplicaciones, quizás de manera entusiasta o interesada. Algunas se apoyan en estudios, como la incontinencia urinaria de esfuerzo (2), las fracturas (3), la artrosis, las úlceras por presión (5). En cualquier caso, proponemos un uso basado en estudios que confirmen la utilidad del procedimiento. Claro.
Referencias:
1. Rong Wang, Hua Wu, Yong Yang & Mingyu Song. Effects of electromagnetic fields on osteoporosis: A systematic literature review. . Electromagnetic Biology and Medicine Vol. 35 , Iss. 4, 2016.
2. Lim R, Liong ML, Leong WS, Karim Khan NA, Yuen KH Pulsed Magnetic Stimulation for Stress Urinary Incontinence: 1-Year Followup Results. – J. Urol. – May 1, 2017; 197 (5); 1302-1308
5. Aziz Z, Bell-Syer SE. Electromagnetic therapy for treating pressure ulcers. Cochrane Database Syst Rev. 2015 Sep 3;(9):CD002930.
Para saber más:
¿Qué son los campos electromagnéticos?
http://www.who.int/peh-emf/about/WhatisEMF/es/index1.html