No, por mucho que digan que no, en Génova y en Valencia, ha habido lucha. Génova quería esperar y en concreto Rajoy no quería que Camps volviera a ser candidato. Temía que las cañas contra el valenciano se tornaran lanzas contra él.
Ha tenido que ser Camps y todos sus acólitos valencianos los que han empujado el carro. Un carro que se le ha venido encima a Rajoy y Cía, sin que pudiera aguantarlo, le ha atropellado.
Y es que la inacción de Rajoy –fumarse el puro, sin tomar las decisiones— le ha hecho perder la partida. Si por él hubiera sido, Camps no habría sido candidato. Pero éste le ha ganado la batalla. Ha movilizado a toda su gente y se ha autoproclamado en Valencia candidato, dejando a Génova la posibilidad de no ratificarle pero, esto, significaría el enfrentamiento con una de las plazas peperas fuertes. Y un enfrentamiento con Valencia, podría dejar a Rajoy tocado y todos conocemos la valentía del gran líder.
Recordemos que, como bien se lo han hecho saber repetidamente desde Valencia, Camps y sus acólitos fueron los primeros en defenderle y apoyarle en los momentos en que se tambaleaba y Aguirre y otros trataban de destronarle. Y, además, hay que recordar que Rajoy tiene el enemigo en casa. El aval más importante en Génova de Camps es el otro valenciano, la sonrisa del régimen pepero, González Pons, quién ha actuado de caballo de Troya valenciano dentro de la sede pepera.
Por otro lado, el ínclito Trillo, de cuyo nombre no quiero acordarme, está haciendo todo lo posible para demorar, con todo tipo de triquiñuelas, que Camps se siente en el banquillo, y ya se da por sentado que será difícil que esto ocurra antes del verano. Total Camps en el trono y pajillas a la mar. La ética por la borda y ¿a quién le importa?
Lo lógico es que el pueblo valenciano reaccionara y no votara a este trajeado señor, pero las encuestas dicen todo lo contrario y hablan de mayoría absoluta pepera en tierras levantinas.
Así es que no sólo echemos la culpa al Partido Popular que tiene la máxima responsabilidad. Puesto que es verdad que el Canal 9 se ha convertido en una televisión absolutamente parcial al servicio exclusivo de la Generalitat –sólo comparable con TeleEspe, perdón Telemadrid— que desmonta realidades tan graves como la corrupción del caso Gürtel y monta redes clientelares fuertes en cada una de las provincias (recordemos que en Castellón está al frente el imputadisimo Fabra y que en Alicante, está a la cabeza el también imputado Ripoll).
Sin embargo, también tenemos que hablar de una oposición incapaz de destronar al presidente pepero, y de una parte mayoritaria de la ciudadanía a la que le importa un pito la corrupción. Todo ese conglomerado hace que para los votantes valencianos del pp, o no exista el caso Gürtel, o le importe un bledo, o vote al PP como mal menor. Y no sé qué es peor.
Camps campará por sus lares como Pedro por su casa, como si no tuviera que ver con una trama de financiación ilegal del partido que ha hecho una mella en los presupuestos valencianos de casi nueve millones de euros. Vamos una limosna. Y si te he visto no me acuerdo.
Salud y República
P.D. La caricatura es del amigo Kikelín