Revista Libros

Campus

Publicado el 29 febrero 2012 por Anarod
Nunca he sido demasiado partidaria de ciertas oposiciones tipo armas-letras, para entendernos. Estoy releyendo el Quijote para el curso de Máster y me ratifico. También debo confesar que jamás me emocionó el famoso soneto a Líster de Antonio Machado, ni siquiera en tiempos de mayor enardecimiento.
Y sin embargo,... debo admitir (gustosa) que me emocionó ver a los estudiantes de Valencia esgrimiento libros frente a las porras y los escudos.
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Todo un aviso (elocuentísimo) para quienes afirman imperturbables la muerte del libro.
Desconocen la historia, seguramente. Más amenazados estuvieron en otras épocas y por máquinas más diabólicas (¿inteligentes?).
El ambiente (también el que se avecina), y otras razones, me llevó a elegir de lectura una novela"de campus", que suele llamárseles a las que transcurren en tales espacios: Naturaleza casi muerta, de Carme Riera (Alfaguara).
CAMPUS
Disfruté el fin de semana leyéndola porque, a la intriga policial (o policiaca), basada en un hecho real, debemos sumar la mirada ácida y crítica de la autora, que además en este caso habla desde las bambalinas, conocedora como es del terreno que pisa en su condición de profesora universitaria.
El hecho real es el de Romain Lannuzel, que participó en un programa Erasmus de la Universidad Autónoma de Barcelona y que en noviembre de 2007 desapareció sin dejar rastro. Carme Riera lo convierte en un ficticio alumno rumano, Constantinu Iliescu, cuya misteriosa desaparición moviliza a su novia y otros dos compañeros, que sospechan, frente a la versión oficial, que la desaparición de Constantinu no es voluntaria.
Noviembre de 2007: el campus de Bellaterra "ardía" en movilizaciones anti-Bolonia, y la universidad estaba pr´acticamente "okupada" por los revoltosos, lo que inspiraba confrontaciones entre buena parte del profesorado: los "históricos", como Bellpuig"que si bien conscientes de que "era exagerado llamar "ideales" a las convicciones de su generación", creía asimismo que "denominar "ideas" al utilitarismo banal que imperaba en la univesad" era igualmente excesivo. Tal posición, por cierto, escribe Carme Riera, quedó resumida "en un eslogan magnífico, de extraordinaria contundencia: "Un profesor que suspende a sus alumnos se suspende a sí mismo". (pág.22)
La visión crítica de esta decadencia es magnífica. Frases como la reproducida me han dejado más melancólica de lo habitual pero no menos firme o convencida de... (aviso)
CAMPUS
P. D. Y ahora vuelvo de dar un buen paseo por la Universidad y aledaños, después de la que se ha liado al mediodía.

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