Murió demasiado pronto. Cuanto más me acerco a sus 46 años, más escasos me parecen para el periodista, el dramaturgo, el novelista que escribió tanto y tan bien, el hombre que es aún un referente moral. Este 2013 es el año del centenario de Camus y basta una resta rápida para saber que el escritor falleció en 1960, cuando la dictadura soviética parecía eterna, el hombre soñaba con llegar a la Luna y Stuart Sutcliffe sugería a sus amigos de Liverpool “¿Y si nos llamamos ‘The Beatles’? Ya sabéis, como ‘The Crikets’, la banda de Buddy Holly”
En 1960 nuestro mundo sólo era uno de los muchos posibles, pero 53 años después la obra de Camus ha sobrevivido a políticos y profesores, y sigue viva en el mundo efímero de Twitter. “El gran problema de la vida consiste en saber cómo pasar entre los hombres”. Con esta cita de Camus, que cumple con creces la jibarización de los 140 caracteres, inicia Elisenda Julibert su artículo sobre Camus, primero de los 11 del notable cartapacio que ‘Turia’ dedica al centenario escritor y que completa la detallada biocronología preparada por Juan Antonio Tello.
Desde este primer artículo, Camus resucita al apolillado Sartre, su gran antagonista. “Sartre y Camus – escribe Julibert - representan dos posibles políticas y, más allá, morales (…) por una parte la de que el fin justifica los medios y por la otra la de que determinados medios pervierten cualquier fin, por bondadoso que sea”. Cuando la batalla de Argel se libra con bombas en los tranvías, los mismos que toma su madre, se convierten en objetivo de los terroristas que luchan por sacudirse el yugo francés, Camus, anticolonista, no duda: “entre la justicia y mi madre, elijo a mi madre”.
Grita Camus la verdad y su madre, analfabeta, presa en una cárcel de pobreza, clave en la obra del escritor, se convierte en nuestra madre, siempre más afortunada que la madre de Camus, sola demasiado pronto. Porque si Camus será siempre joven, su padre, ese “primer hombre” al que José María Ridao dedica su artículo, muerto en los primeros combates de la IGM cuando Albert apenas tiene un año, lo será aún más. La novela inacabada dedicada al padre perdido no se publicaría hasta 1994, pero sostiene Ridao que es la consagración del escritor como uno de “los grandes espíritus independientes del siglo XX”.
Un espíritu que siempre luchó contra la injusticia a través de la palabra. Valentí Puig nos cuenta que lo hizo como periodista en las páginas del ‘Alger Républicain’, de ‘Combat’ – donde escribe mientras milita en la resistencia francesa contra los nazis – y de ‘L’Express’; Julián Muela escribe sobre el Camus dramaturgo, de ‘Calígula’ a ‘Los justos’; Manuel Arranz, del Camus pensador, autor del ‘El mito de Sísifo’ o ‘El hombre rebelde’ -. Y José María Ridao nos descubre los vasos comunicantes que unen sus novelas, ‘La Peste’, el breve, veloz e inolvidable ‘El extranjero’, y su inacabado ‘El primer hombre’.
Con ‘El extranjero’ y la adaptación al cine que hizo Visconti – con Marcello Mastroianni como Meursault – al fondo, Carme Riera recuerda a Camus en el artículo más personal. La escritora se acerca a Camus desde un enfoque único e inesperado. “El señor le pone los cuernos a la señora. Le gustan todas”, le cuenta al oído Juanita a la madre de Riera, mientras ésta, niña, escucha al otro lado de la puerta. “El ‘señor’ de quien hablaba Juanita – escribe Riera – era Albert Camus, en cuya casa de París servía su hija Ángela”. Riera se eleva pronto del cotilleo anecdótico y se descubre, como todos los autores de este especial, como una enamorada de este hombre imán, que aún tiene tantas cosas que decirnos.
‘Turia. Revista cultural’, número 107. Teruel, Junio – Octubre 2013. 452 páginas, 10 euros.