Uno de los grandes espacios verdes de Cornellà de Llobregat es el Parque de Can Mercader, en el barrio de Almeda, junto a L'Hospitalet. Este espacio ocupa la extensa finca agrícola (48 ha) propiedad de Joaquim Mercader, conde de Bell-lloc, que en 1864 hace derribar la antigua masía y levanta el actual palacete para convertirlo en casa solariega de la familia Mercader. El palacete, que se encuentra en medio del parque, es una edificación de planta rectangular con planta baja y dos pisos, que añade cuatro torres poligonales en los ángulos.
Con la azotea coronada de almenas y diferentes elementos neomedievales enmarcando las numerosas ventanas, la apariencia exterior quiere ser la de una fortaleza señorial. Apariencia señorial que se mantiene en el interior donde las estancias y salones son profusamente decorados con elementos artísticos neobarrocos. El edificio principal está acompañado en el lado de poniente por la " masoveria", casa de planta baja, piso y buhardilla con tejado a dos aguas donde vivía el servicio y los trabajadores de la finca.
La finca destaca por el jardín inglés que rodea las edificaciones, que fue convertido en el primer parque urbano de Cornellà cuando el ayuntamiento, que se había hecho cargo del legado de los Mercader en 1974, lo abrió al público el once de septiembre de 1989. El parque, que se extiende desde la llanura deltaica hasta la plana de Sant Ildefons (donde se ubica la Torre de la Miranda, ver La torre de la Miranda, una atalaya a un paisaje natural desaparecido), aloja un gran lago, varios estanques, un polideportivo con piscina y toda una serie de servicios lúdicos, entre ellos un curioso recorrido de trenes en miniatura que gestiona el Club de Amigos del Ferrocarril de Cornellà. El palacio de Can Mercader, por su parte, acoge desde 1995 la sede del museo local y desde 2004, la del Museo de Matemáticas de Catalunya.