Comenzamos otra jornada por la Alaska Highway sabiendo que la de hoy iba a ser igual, o eso amenazaba, como terminó la de ayer, con lluvia. Por lo tanto asumimos que estos kilómetros serán simplemente de tránsito por las condiciones metereológicas, si podemos pararemos a visitar lo que anuncie la guía. A pesar de dichas condiciones nos podemos hacer idea de lo que vamos recorriendo. En los momentos que las nubes nos dejan ver el paisaje la admiración nos abre la boca. La carretera durante el recorrido por el Muncho National Park ya no es como las de días anteriores, aquí es más revirada, más de montaña. Tiene paisajes donde las montañas te rodean y los kilómetros van pasando sin darte cuenta. Si no sale un día como el que hemos tenido nosotros esto tiene que ser un privilegio.
En nuestro trayecto podemos encontrar el punto más alto de la ruta. Es un lago donde la información turística lo anuncia como un lugar donde hacer un descanso sentado en un banco con unas vistas excelentes. Eso debe ser los días de sol, los días que llueve no te das cuenta ni del cartel.
Paramos en Fort Nelson, en el centro de recepción de visitantes, una buena parada en el camino. Nos ofrecen café, wifi, cargar los aparatos de manera gratuita y con dos zonas para sentarte. A eso hay que añadirle la cantidad de información y la amabilidad con la que explican todo. A parte de estas comodidades Fort Nelson tiene la posibilidad de poder hacer comprar y repostar. No hemos hecho mucho más porque seguía lloviendo.
A partir de aquí la carretera se vuelve muy monótona. Nos parece algo aburrida aunque nos llama la atención los restos de un incendio que en un día como el de hoy destaca mucho más. El color que nos rodea es el verde, y está mucho más intenso por la cantidad de agua que tiene el terreno y la claridad que hay a pesar de la lluvia. Sobre este color destaca y llama muchísimo más la atención el negro de los troncos quemados. Tuvo que ser un incendio muy importante porque la distancia que recorremos viendo los árboles carbonizados también lo es.
Finalmente esta noche la pasaremos en el Sasquatch Crossing en el kilómetro 230. Está en medio de la nada, pero se nos hace tarde y de nuevo hay bastante distancia hasta el siguiente alojamiento. Los precios son razonables y el servicio que ofrece está bien.
Nuestro último día comienza asomados a la ventana esperando que deje de llover. Tras el desayuno en la habitación seguimos nuestra ruta. Después de varios días recorriéndola nos hacemos a la idea de que es como un Camino de Santiago, salvando la diferencia del descanso en recorrerlo. Nos enfrentamos a etapas que nos van descubriendo cosas por el camino y disfrutamos de grandes momentos con la comodidad de hacerlo en coche. Nuestro planteamiento ha sido ir haciendo etapas largas, normalmente de 500 kilómetros y eso puede reducirse o ampliarse, todo va en función de cómo quieras plantearte recorrer esta ruta.
La primera parada del día la hacemos principalmente para tomar un café y repostar. En este punto decir que los mejores precios para recargar y comprar los hemos ido viendo, generalmente, en los municipios más grandes. En esta ocasión, en el tramo entre Fort Nelson y Dawson Creek, lo más barato ha sido en ésta última. Hay varios puntos para repostar, pero si podéis esperar o calculáis para no tener que parar antes de uno de esos pueblos que son puntos de referencia en la vía, os ahorraréis algo de dinero.
Estos últimos kilómetros los hacemos sin paradas, no hay nada referenciado ni en la propia guía de la Alaska Highway, así que continuamos. Hay obras de mejora y nueva construcción que hacen un poco más pesado el camino, pero se recorren sin problemas. Hay que recordar que el año que viene será su 75 aniversario y el gobierno de Canadá la está poniendo "guapa". Nos vuelve a llamar la atención el testimonio que ha quedado de otro incendio en el mes de mayo y que obligó a desalojar el Shepher's Inn.
Finalmente llegamos a Dawson Creek, la milla 0 de esta Alaska Highway. Es una sensación fantástica porque hemos completado el reto. Han sido muchos kilómetros y 5 días que nos han permitido descubrir otros rincones y paisajes de esta parte de Canadá. Vamos directamente al centro de recepción de visitantes y pedimos información de la localidad. En el local hay dos museos: uno sobre la estación de tren que ocupa ahora el centro de visitantes 5 $ y el otro sobre la construcción de la carretera 5$.
Nosotros optamos por el paseo por la localidad y disfrutar del sabor del reto psicológico conseguido. Destacar los murales que tienen en algunos edificios y el recuerdo fotográfico de lo que hubo en diferentes puntos del pueblo. El resto de Dawson Creek no nos dice nada. Después de las fotos en los puntos más significativos y emblemáticos seguimos hacia nuestra última parte del viaje, las Montañas Rocosas.