PARQUE NACIONAL REVELSTOKE:
Con un grandísimo sabor de boca del alojamiento, la dueña y el entorno de Yoho, comenzamos una nueva jornada en las rocosas que nos llevará hasta al P.N. Revelstoke pasando por el P.N. Glacier. La carretera que vamos recorriendo nos resulta muy parecida a lo que hemos dejado atrás, con grandes montañas cubiertas aún con nieve o hielo que absorben la atención.
En esta zona, como en días anteriores, disfrutamos de conducir, observar, sentir y vivir lo que nos rodea. Por algo hoy es nuestra última etapa en las Rocosas y queremos aprovecharla. No hacemos más visitas en el P.N. de Yoho aunque las ofertas de las que dispone son muy amplias. Cruzamos el paso Roger, en la mitad tiene el centro de interpretación del Roger Pass donde vemos a través de grandes maquetas como era la zona y como se transformó a partir de la obra del ferrocarril. Aquí nos podemos hacer una idea, gracias a las maquetas, de la zona a vista de pájaro. Lo visitamos, recogemos la información que nos hace falta y seguimos.
La parada la hacemos en Revelstoke para recoger información de la zona, comprar algo de comer y coger el acceso que recorre la carretera Meadows in the Sky Parkway. Visitamos el centro de Recepción en el que amablemente nos informan de lo que vamos preguntando, no es tan imponente como los anteriores, pero como siempre la disposición y cantidad de información es enorme. Con toda la tarea hecha nos ponemos en camino. Antes de empezar la subida nos piden el ticket de acceso a los parques, desde que lo compráramos sólo nos lo han pedido a la salida de Jasper, en ningún sitio más.
Esta zona y en la altitud que nos movemos conserva nieve todavía, lo que da al entorno un toque especial. Al tener nieve nos cortan el acceso del último kilómetro que debemos hacer andando, esto se agradece un montón porque el día de hoy es de estar mucho tiempo en el coche. A estas alturas del viaje esto era lo último que nos quedaba por hacer, pisar nieve. El Monte de Revelstok tiene gran cantidad de lagos y multitud de rutas que están perfectamente marcadas, todo ello hacen de este lugar otro punto para disfrutar de la naturaleza.
Después seguimos nuestro viaje hasta Kamloops donde nos quedamos a dormir en el Knights Inn, un motel correcto y económico que nos servirá de parada intermedia hacia nuestro viaje de vuelta a Vancouver. Kamloops es una ciudad grande, se nos hace un poco extraño ya que lo que hemos ido viendo a lo largo de nuestro viaje es un "goteo" constante de pueblos pequeños. Salvo excepciones, ninguna tan grande como esta ciudad, siempre han sido lugares pequeños.
No hemos hecho turismo en previsión a lo que nos espera mañana y nos hemos dedicado a organizar mochilas y documentación para mañana hacer entrega del coche sin perder mucho tiempo, pero visto el tamaño y el enorme lago que lo rodea ofrece muchos servios para pasar el día. Nosotros, como otros viajeros, lo usamos como punto intermedio entre Vancouver y las Rocosas.