Revista Viajes

Canadá 2016, día 7: haines-haines junction (haines highway)

Por Trotaburgos @trotaburgos

La Haines Highway es la carretera que une Haines con Haines Junction. Son 259 kilómetros y según las guías que tenemos, está destacada como una de las mejores rutas que se pueden hacer por el Yukon. De lo que nosotros hemos recorrido podemos decir que así es. El paisaje que ofrece es sublime y podemos ver el contraste de montañas nevadas, antiguos glaciares con bosques frondosos y combinarlos todo con praderas que hacen las delicias de cualquier mirada. Aquí la naturaleza se muestra libre de exhibirse magnífica entre todo lo que aquí eleva el nombre de "natural" a lo más alto.

Para llegar a esta misteriosa región del Yukón nosotros optamos por el Inside Passage (Alaska) hasta Haines (descritos ambos en la entrada específica del Inside Passage). Desde aquí seguimos la carretera descrita y que ha sido una sorpresa constante por sus paisajes y el entorno que recorre. Como en otras ocasiones nos sentimos auténticos privilegiados y algo culpables por poder recorrer estos espacios sentados al volante de la comodidad transformada en coche. A veces nos vienen los recuerdos de aquellos que antes que nosotros intentaron pasar en busca de una vida mejor y perdieron su vida en el intento.

Pensar que hace doscientos años, y más, la gente cruzaba o vivía por aquí sin más ayuda que el valor y las ganas de hacerlo, sorprende. Como decíamos, es un lujo poder atravesar estos paisajes con la facilidad de hacerlo cómodamente en un día que el tiempo acompaña, muestra las montañas que nos rodean y nos recuerdan la humildad con la que debemos pasar ante la naturaleza.

Desde que salimos de Haines, no hablamos, vamos absortos pendientes de qué nos ofrecerá la siguiente curva o de mirar en ocasiones excesivamente por el espejo retrovisor. En la milla 40 se encuentra el puesto fronterizo que pasamos sin pega y con la amabilidad, de nuevo, de una agente que no ha puesto inconveniente, tras hacernos varias preguntas sobre nuestro viaje, en dejarnos continuar.

KLUANE NATIONAL PARK:

El resto del viaje es lo mismo que lo indicado antes, un lujo para los sentidos, incluso antes de llegar al Kluane National Park, un espacio que está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Seguir diciendo lo maravilloso del paisaje no tiene sentido, lo que nos gustaría es recomendarlo sinceramente y si se puede dedicar más tiempo de lo que vamos a poder invertir nosotros, mucho mejor. Para ir viendo el parque y hacernos una primera idea de sus rutas de camino, hacia Haines Junction, paramos en un parking que da acceso a la ruta del St Elias Lake.

Son 8 kilómetros, quizá un poco menos, pero nos ha encantado. No se tarda mucho, el desnivel son 120 metros y se hace muy bien. Una de las cosas que más nos ha llamado la atención es la sensación de soledad. Los que nos precedían llevaban un cascabel por los osos y al parecer no es ninguna tontería. Estamos en zona de osos y nos han dicho que se ven muy a menudo.

HAINES JUNCTION:

Después de la ruta buscamos un sitio para comer y finalmente lo hacemos en Haines Junction. Porque antes, a pesar de verlos anunciados, dos sitios en los que hemos parado estaban cerrados. Llegados a nuestro destino buscamos alguna recomendación en la Lonely, y de los que recomienda entramos en el primero que encontramos. Es el Frosty's Freeze, una heladería, hamburguesería, pizzería, que nos ofrece una gran variedad de alternativas para el menú. De lo que nosotros hemos elegido podemos decir que ha sido correcto y una calidad-precio ajustada.

Después de comer toca buscar alojamiento y preguntamos en un motel que no nos ha convencido ni la que atiende, ni el precio. Después vamos al Hostel Wanderers y éste si nos convence por la atención y recibimiento de los dueños y que las instalaciones están bien. Dormir en habitación compartida 40 dólares cada uno, si queremos que la habitación sea para nosotros solos son 90, así que elegimos esta última opción. También ofrecen la opción de montar tu tienda y utilizar las instalaciones del hostel, pero hoy necesitamos descansar y preferimos una cama.

Tras la ducha oportuna salimos a dar un paseo para conocer el pueblo. Nos llama la atención que el pueblo parece un camping donde en vez de autocaravanas ponen casas. Nos acercamos hasta la Village Bakery, que tiene bastante fama por la comida y el ambiente, pero la encontramos cerrada.

Lo mejor es el centro de recepción de visitantes. Nos ha encantado, ofrecen gran cantidad de información y podríamos decir que se trata de un centro de interpretación del parque porque habla de cómo se formó, su historia geológica, su fauna, sus habitantes, etc. Muy, pero que muy recomendable su visita, sobre todo si se pretende hacer alguna ruta porque explican y detallan cada una de ellas.

Además nos hacemos con el pasaporte del Yukon que vas sellando en diferentes puntos y oficinas de turismo. Se supone que cuando lo completas puedes conseguir "oro" pero nosotros lo sellamos simplemente como recuerdo.

Después vamos a la única tienda que hay en la localidad. No tiene una gran oferta, pero sí de calidad, la mayoría de los productos son orgánicos. Compramos algo de cena, desayuno y algún "por si acaso".

Con ello volvemos al Hostel y nos preparamos la cena y no tardamos ni una hora en meternos a la cama. Después de dos días donde hemos descansado poco, el cuerpo nos pide descanso prolongado y eso es lo que le damos.


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