Revista Viajes

Canadá 2016, días 14 y 15: parque nacional de las rocosas: jasper

Por Trotaburgos @trotaburgos

Llegar a Jasper ha sido relativamente sencillo. Este viaje hacia las rocosas es la continuación del recorrido que hemos hecho por la Alaska Highway. La opción que elegimos para enlazar ambos puntos fue la de hacer esta carretera de norte a sur y así enlazar Dawson Creek con Jasper. El recorrido no tiene grandes lugares destacados. Lo importante es saber que el precio de las cosas va disminuyendo en función de nuestro alejamiento de la más famosa de las carreteras de Canadá. Incluso cerca de Jasper nos sigue sorprendiendo el valor de las cosas porque pensábamos que serían mucho más caras.

Terminada la travesía por la Alaska Highway tenemos que hacer una noche antes de llegar a las Montañas Rocosas porque la distancia es muy grande. Nosotros elegimos como punto de pernocta Grande Cache. El pueblo tiene un entorno muy bonito, aunque no nos lo deja ver muy bien porque no tenemos un día especialmente bueno para disfrutar de vistas o paseos naturales. Tiene todo tipo de servicios así que es un buen punto para aprovisionarse de lo que necesitéis para continuar viaje.

El motel que elegimos para pasar la noche es el Big Horn Inn, que ofrece una buena relación calidad-precio. También miramos el camping y nos ha gustado mucho donde está ubicado y las plazas de acampada. La pega es que la previsión esta noche es de llover y montar tienda no nos apetece mucho. Como hemos dicho antes la opción del motel ha sido muy buena, el sitio está bien, teníamos cocina y sobre todo porque finalmente ha estado lloviendo desde las siete de la tarde.

No tardamos mucho en llegar al lugar en el que el paisaje va cambiando y podemos intuir lo que iremos viendo estos días. Al llegar al control de acceso al parque nos paran para pagar el "peaje". Es exactamente como eso, una caseta de control de autopista donde te cobran en función del tiempo que quieres estar. Preguntamos qué opción es la mejor y sin dudarlo nos dicen que si no estamos más de siete días el bono anual no merece la pena. Nosotros vamos seis días, que son cinco noches, así que la decisión era fácil de tomar. Hay que tener en cuenta que el pase de un día vale hasta las 4 de la tarde del día siguiente, por lo que nos cobran 5 días.

Nos separan 48 kilómetros desde la entrada hasta Jasper donde, de repente, y eso que el tiempo no acompaña, nos vemos conduciendo en una postal. Los ríos a pesar del gris del cielo reflejan un verde que parece preparado. Las orillas de los arroyos encajan el discurrir del agua con hierba. Los árboles parecen más altos, el color del marrón o gris de la roca impresiona haciendo que te sientas diminuto. En el coche el silencio más absoluto se rompe en alguna ocasión para escuchar: "¡vaya pasada!".

JASPER:

En Jasper lo primero que buscamos es la oficina de turismo. Como en todas las que hemos visitado en este país nos atienden de maravilla, tienen una cantidad de información enorme y facilitan localizar muchos servicios. No hay que olvidar que las Rocosas reciben al año unos ocho millones de turistas y eso se nota. Venimos de una zona donde en ocasiones hemos estado solos o con muy poco turismo, ahora en esta oficina se ve que eso no será así.

En primer lugar, al entrar, nos daremos cuenta de que tenemos a personas vestidas con dos colores de camiseta o forro polar. Los que van vestidos de verde explican todo lo relacionado con el parque y los que van de azul los diferentes servicios de la localidad. Estos últimos, además te facilitan, y mucho, la reserva del alojamiento. Por ejemplo podemos explicar nuestro caso. Nos hemos acercado al mostrador y hemos pedido información sobre los alojamientos, amablemente nos ha explicado lo que había, nos ha acercado a un punto donde hay un teléfono y el listado de los lugares que ofrecen habitaciones hoy, hay tres, lo actualizan todos los días. Así, mañana lo cambian y ponen las nuevas ofertas.

En nuestro caso y tras pedirle una recomendación hemos seguido su consejo y hemos decidido ir al Greenwood Lodge. La llamada la realiza la persona que nos atiende, nos ha concertado la visita a la casa en cuestión y nosotros sólo hemos tenido que ir allí. Tras ver las habitaciones y el edificio decimos que sí. La dueña es muy amable, nos aconseja y recomienda las diferentes actividades que se pueden hacer en un día lluvioso como el de hoy.

Tras su propuesta volvemos a la oficina de turismo y hablamos con uno de los que informan sobre el parque, los de verde. De nuevo, y no tendría que sorprendernos, la amabilidad es exquisita. Nos va dando la información en función de las ideas que llevamos y coincide con la dueña del Lodge donde estamos alojados. Preguntamos por el capítulo de seguridad y los incidentes con osos y nos dice que podemos ir los dos. Es una zona donde se ven a menudo y por tanto hay que mantener ciertas precauciones, el nos ha indicado que los osos están ahí vayamos dos o más, que hacía unos días habían tenido un susto con un grupo de veinte personas.

Con la información de las diferentes excursiones para estos dos días y medio nos decidimos por la del Mount Edith Cavell y la lengua del Glaciar del Ángel. Hasta el lugar donde se deja el coche son unos 35 kilómetros desde Jasper y se tarda algo más de media hora por una carretera de montaña.

Una vez en el parking nos vemos en el interior del testimonio que dejó el recorrido de una antigua lengua glaciar. Simplemente con eso ya se ponen los sentidos "a tope". Al salir no llueve así que aprovechamos para disfrutar de lo que tenemos enfrente. Comenzamos a caminar y al cabo de una media hora llegamos al mirador que hay para poder contemplar este lugar que de nuevo, como nos sucediera al llegar a las Rocosas, lo único que nos infunde es respeto y silencio. El mal tiempo también tiene sus ventajas y es que normalmente la gente no sale a caminar, así que al llegar estábamos seis y al marchar lo hacíamos solos.

Como el tiempo ha decidido darnos una breve tregua aprovechamos y continuamos un tramo de la ruta que continua desde el mirador. Merece mucho la pena y no es muy larga. Nosotros no hemos podido completarla porque un poco antes de llegar al mirador, unos 400 metros, ha empezado a llover y hemos dado la vuelta.

Poco que añadir, simplemente que nos ha encantado y aunque no sea una de las excursiones más famosas del parque, el paisaje y las vistas que te ofrece son preciosas. No tiene ninguna dificultad física, ni técnica, así que se puede hacer sin problema.

No planteamos más rutas por la hora y así aprovechamos a hacer algo de compra para estos días. También nos hemos ido de tiendas porque tenían bastantes cosas de liquidación, sobre todo material de esquí y hemos visitado el museo o exposición de animales disecados que tienen en el hotel Whistler. Se trata de una colección de los animales más característicos del parque: El oso negro, el grizzli, el alce, el puma, el lince, el castor, el caribú, las cabras, etc. Está bien y nos ayuda a ver los animales que de otra manera sería imposible. La entrada son 3 $ y puede ser una opción para un rato distendido. No es muy grande así que se puede ver rápido.

Después de una noche de descanso comenzamos nuestro segundo día, tal y como anunciaban las predicciones meteorológicas los cielos amanecen nublados y con posibilidad de lluvia. Ayer estuvimos viendo la previsión y al tener la peor predicción por la mañana decidimos hacer lo que en el caso de llover, no estropearía del todo la visita a esta zona. Ese sitio elegido es el Maligne Canyon.

Está a unos 12 km y no tiene ninguna dificultad. Al llegar pronto tenemos la ventaja de otros días y es la de estar prácticamente solos. Sin haber transcurrido 10 minutos del comienzo de la ruta la sorpresa nos invade. Esta maravilla natural y geológica está ordenada y dividida en puentes para que puedas orientarte y hacer la visita mejor. Son seis puentes y a partir del sexto el río deja la garganta para dar paso a una zona más abierta. El primero que cruzamos es el quinto y comenzamos a descender mientras disfrutamos e intentamos hacernos con todo lo que nos rodea. Es absolutamente imposible porque nos gusta todo y cada detalle nos llama la atención haciendo que perdamos otros. Entendemos que sea una de las visitas más referenciadas del parque.

Seguimos la carretera y llegamos al Medicine Lake. Este lago tiene la ventaja de las vistas y el entorno, pero hoy se suman dos condicionantes que desvirtuan un poco esa imagen. La primera es que el día está nublado y las montañas apenas se intuyen; la segunda es que ha habido un incendio y el testimonio que queda en una de sus orillas es bastante triste y no ayuda a suponer las bondades de la zona sino pensar qué lo habrá provocado.

El último punto al que da acceso esta carretera es el Maligne Lake, uno de los más fotografiados y famosos del parque. El sitio es precioso y si las nueves nos dejaran ver todo lo que nos rodea hubiera sido la os....a. A pesar de las circunstancias decidimos hacer una de las rutas que bordea una parte del lago y luego se adentra en el bosque. Es la número 21, denominada Mary Schäffer Loop. Nos ha encantado.

La experiencia podríamos describirla como haber caminado por el decorado de un belén navideño, lo único que no hay en ellos y sí hay aquí son los pinos. Lo demás: musgo, camino de tierra, lago, río, rocas, etc. lo tiene todo. En este decorado los pastorcitos somos nosotros. Afortunadamente no nos hemos encontrado con nadie y eso hace aún más especial el paseo. La pega es el tema de los osos, aquí es un tema complicado porque si te encuentras uno te la juegas (en la oficina de turismo de Jasper tenían un encuentro registrado unos días atrás en esta ruta).

Si el animal está de buen humor no hay pega, pero si está del malo.... lo más fácil es que la cosa no termine bien por varios motivos: El primero es porque aunque corras, es probable que el oso esté en mejor forma que tú así que las posibilidades de escapatoria se reducen. El segundo es que el oso "juega en casa", así que lo de esconderte, por muchos motivos, lo único que te garantiza es que te pille. Y tercero y último es que lo de intimidarlo si no pesas unos 250 kilos y tienes una movilidad o agilidad aceptables es probable que te vea como una amenaza o buen primer plato.

Más allá de bromas lo cierto es que si te encuentras a uno tiene que imponer y mucho. Nosotros hemos ido solos y hemos tenido la fortuna de no cruzarnos con ninguno. Por cierto, la ruta son unos 3,5 kilómetros y es muy sencillita de hacer.

Y último aviso, lo que os mostramos en la foto es justamente todo lo contrario a lo que recomiendan en el parque. Había un oso negro comiendo y el atasco que se ha montado en un instante ha sido increíble. Recomiendan hacer todo lo contrario a lo que vemos: parar, entorpecer el tráfico y sobre todo bajarse del coche. Por los animales y por los visitantes, pero esto es lo que hay.

Comer lo dejamos para el lago Annette, es un rincón precioso a pie de las rocosas, que más se puede pedir. Encima tenemos la suerte de ver el sol así que disfrutamos mucho del momento.

Después de coger fuerzas nos dirigimos a la parte que divide los lagos Edith y Annette. Una zona preciosa donde el color del agua nos absorbe. Es increíble y llegamos a afirmar que aunque no hemos estado nunca en las playas del Caribe nos recuerda a esas imágenes. Una vez más hay que sustituir palmeras por pinos y arena blanca por marrón, pero el agua nos recuerda a eso.

Nuestra jornada termina entre los lagos Patricia Lake y Pyramid Lake. Como en anteriores puntos de visita aparcamos en las zonas habilitadas y comenzamos a visitar la zona. Todas las áreas de aparcamiento tienen baños públicos gratuitos y están completamente cuidadas y limpias.

En el Pyramid Lake visitamos la isla y disfrutamos de un paseo tranquilos mientras, esta vez sí, el sol nos acompaña y permite ver el pico que da nombre al lago. También esta zona de lagos es muy recomendable y tiene una gran diversidad y posibilidades de realizar rutas de senderismo. Es cuestión de saber el tiempo que tenéis y dejaros llevar por un entorno natural precioso.

Después de una jornada intensa volvemos a Jasper para hacer las compras para mañana y nos vamos a cenar al Jasper Brewing Co, donde hemos probado la cerveza local. Un sitio muy recomendable por precio, calidad y cantidad. Para terminar el día, damos un paseo por el pueblo aprovechando que la tarde-noche se ha quedado despejada.


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