Nunca nos presentaron, pero eso a ti te dio igual. Llegaste sin avisar, arrasando, llevándote lo que fuera por delante, sin pararte ni un solo segundo a plantearte que cada vez que entras a un hogar solo la llenas de dolor, de frustración y, por encima de todo, de despedidas, y dejas un rastro de presión en el pecho que nadie es capaz de soportar sin romper a llorar.
Entraste sin presentarte a nuestra vida, robaste el brillo de los ojos de quien siempre me había hecho reír, insultaste nuestras esperanzas llenas de instantes en la memoria y ni siquiera fuimos especiales, porque esto mismo lo habías hecho con muchos otros.Carmelo Beltrán@CarBel1994