Hace unos días fue el Día Mundial del Cáncer de Mama. Un número creciente de estamentos médicos y profesionales cuestionan el cribado de este tipo de cáncer mediante las “populares” mamografías. No se cuentan lo suficiente los peligros de hacerse dichas pruebas y sus beneficios se exageran.
Es necesario recordar que los cribados no previenen la enfermedad sino que anticipan o adelantan el momento del diagnóstico. Todo cribado conlleva riesgos y beneficios, de los que es preciso informar adecuadamente a las personas que potencialmente puedan participar en el mismo. En la actualidad el “marketing de los cribados” es tan fuerte que ha llevado a una situación en la que se sobrestiman los beneficios e infravaloran los perjuicios.
1.- Sobreestimación de los beneficios:
La información que se traslada a las mujeres utiliza datos de reducción del riesgo relativo de morir por cáncer de mama, unas cifras que sabemos que sobreestiman el tamaño del efecto del cribado.
Por el contrario, no se informa en términos de reducción del riesgo absoluto, que es una cifra mucho más informativa: No es lo mismo decir que se disminuye el riesgo de morir de cáncer de mama un 20% que decir que por cada 1.000 mujeres cribadas se salvan cuatro vidas y por cada 1.000 no cribadas se salvan tres.
Tampoco se utiliza el NNT (número de mujeres que hay que cribar para salvar una vida) que es otra fuente de información más fácilmente comprensible para las mujeres interesadas en prestarse a los cribados.
Como vemos, la manera de presentar la información es importante a la hora de crear una imagen concreta sobre una técnica diagnóstica y sus resultados.
2.- Infraestimación de los perjuicios:
El cribado se asocia a un 4-6% de falsos positivos -la conclusión es que esa mujer tiene cáncer de mama pero en verdad no lo padece- y se estima que puede representar, según los estudios, hasta un 30% de sobrediagnósticos.
Para comprender estos datos y hacer una valoración más real de los cribados de cáncer mediante mamografías podéis consultar estas fuentes:
- Preventing overdiagnosis: how to stop harming the healthy.
- Hoffman JR, Cooper RJ. Overdiagnosis of disease. A modern epidemic. Arch Intern Med. 2012; 172:1123-4.
- Bleyer MD, Welch G. Effect of three decades of screening mammography o breast cancer incidence. N Engl J Med. 2012; 367:998-2005
En este mismo blog podéis leer: Mamografías ¿en desuso? ¿Un nuevo paradigma en cáncer de mama? o Prevenir ¿puede ser peligroso? ¿se abandonará el cribado de cáncer mediante mamografía? Ambos en la misma línea de lo comentado.
Por abundar en los conceptos explicados arriba, desde la Plataforma No Gracias, por ejemplo, consideran que la información oficial del Ministerio de Sanidad y de las Comunidades Autónomas, tiene dos problemas fundamentales:
1- Suministrar información falaz. No dar a conocer a las mujeres los beneficios reales del cribado, al utilizar como indicador – en la información al público – el “riesgo relativo”, un concepto que induce a la confusión incluso a muchos profesionales, aunque se puede arguir que los médicos tienen la obligación o la competencia para manejar el verdadero significado del referido indicador. Sin embargo, esto no ocurre con las mujeres que extraen conclusiones erroneas sobre las ventajas del cribado porque desconocen el significado de “riesgo relativo”.
2.- No informar de los riesgos. No se informa de los falsos positivos ni de los sobrediagnósticos, por lo que someten a las mujeres a unos riesgos que desconocen y que no tienen la oportunidad de valorar”.
La reprobación ética es incuestionable y se preguntan: ¿Qué sucedería si se informase de manera adecuada a las mujeres sobre las mamografías?