Revista Cultura y Ocio

Canción dulce

Publicado el 02 octubre 2017 por María A. Ayuso @MariaysuMundo
¿Escondemos todos oscuros secretos?

'Canción dulce'(Leila Slimani, Premio Goncourt 2016) es una de las lecturas más asfixiantes y agobiantes que recuerdo. Desde el principio sabemos que algo terrible va a ocurrir y sin darnos cuenta, nos metemos en una espiral de la que es difícil salir. No podremos dejar de leer hasta llegar a ese final tan abrupto y rompedor, ese final que en realidad es el comienzo de la terrible historia de Louise, una niñera que llega a la vida de una familia como tabla de salvación y se convierte en la peor de sus pesadillas.


CANCIÓN DULCE

Imagen portada 'Canción dulce'

Myriam y Paul necesitan un respiro en su matrimonio y eso pasa porque Myriam vuelva al trabajo después de haber tenido a sus dos niños, Adam y Mila. Louise llega a sus vidas como un soplo de aire fresco, una niñera con experiencia, de aspecto juvenil y con la suficiente fortaleza para "hacerse" con dos niños cargados de energía.

Día a día Louise se va ganando el afecto de la familia. Cuida a los pequeños, cocina, limpia, no le importan las horas ni el dinero. La soledad le pesa demasiado en un apartamento frío, oscuro, sucio, roto, un piso que parece una radiografía de su propia vida, y es que Louise también tiene secretos que esconder.

Louise es un personaje enigmático y turbulento, que provoca ansiedad en cada paso que da, con cada decisión que toma, es una bomba de relojería que además cuenta con un pasado misterioso - que irá descubriendo a lo largo de la narración -, eso hace que siempre esté a punto de estallar, a punto de dar el zarpazo definitivo.

Los capítulos son cortos, los diálogos y las descripciones son justas y son los puntos fuertes de esta obra, de la que también destacaría la cómoda edición de Cabaret Voltaire, una delicia para los que aprovechamos las horas de transporte público para leer. 

'Canción dulce' es una novela agobiante y claustrofóbica, de esas que queman en las manos y que apuesto que se convertirá en un clásico del genéro. Al tiempo. 

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