
La sensación que queda después de ver a Divididos en el Luna Park, es que la aplanadora está cada vez más lejos, a pesar del volumen y del pedido de la mayoría de su público. Divididos está en otra. Porque si bien el show tuvo el rock power de siempre, la magia y la sorpresa aparecieron en esos largos segmentos folclóricos, plagados de grandes invitados que le dieron a cada canción el poder que ningún Marshall de 200 watts puede dar. Porque no se trata sólo de folclore. Lo del Luna tuvo un mensaje. Un alerta contra la explotación de los pueblos originarios del norte. Y una búsqueda estética de proteger esa misma cultura a través de la música. Párrafo aparte merecen momentos tan emotivos como el largo recitado de Rubén Patagonia en Indio dejá el mezcal, el violín de Peteco Carabajal en Qué ves?, y la hermosa chacarera compuesta por el padre de Diego Arnedo, La flor azul.
Después de semejante virtuosismo criollo, uno se pregunta cuándo llegará el disco 100% folclórico del trío. Así es este Divididos 2010. Un molino que nunca dejó de girar a pesar de la ausencia, conectado con lo más profundo de la tierra. Utilizando el viento más fuerte, la música, y extrayendo con ella el agua más pura. Si Don Quijote confundiera a este molino con un gigante, nadie pensaría que está loco.