Hace ya tiempo, creo que fue durante la temporada pasada, hablando con mis amigos de Los Sultanes del Swing sobre los gustos ocultistas de Jimi Page salió a la luz el nombre de una mítica civilización desaparecida: Mu.
La cosa se pudo quedar ahí, pero como este asunto siempre me llamó la atención -ahí tenemos ejemplos de ciudades y civilizaciones perdidas bajo las arenas y las aguas pero recuperadas para la Historia gracias a la Arqueología como la troyana o la minóica- y me considero un ser curioso por naturaleza, me puse a buscar información sobre esta supuesta civilización. Evidentemente me encontré muchos "frikis", con datos poco o nada fiables y con chorradas y tonterías como un templo de grandes que aquí no voy a reproducir, pero lo bueno de todo esto es que también me topé con algo inesperado...
Algo musical que ahora recupero porque me viene de lujo para iniciar una nueva sección en la que hablaré de esas canciones que tienen ese "algo" especial que no se puede describir con otra palabra que no sea la de "magnetismo".
Los protagonistas de hoy son Mu: La Banda Del Continente Perdido.
Mu fue uno de tantos grupos nacidos en el área de Los Ángeles, con unos miembros -muy "jipis" ellos- que estaban totalmente inmersos en el mundo esotérico, místico y sobre todo, altamente interesados en el conocimiento de las religiones del mundo y en el estudio de las antiguas culturas.
En otros casos esta parafernalia étnica y mísitica de la que se rodeaban muchos era simplemente una excusa de las buenas para probar drogas a tutiplén y meter mano a todas las mozas californianas que se dejaran y pusieran por medio en las comunas, pero en el caso que nos atañe, el estudio de estos temas no era un asunto baladí y marcó profundamente el desarrollo de la música de esta banda.
Además, detrás de MU hay una historia previa que indíca que no eran del todo unos desconocidos... En el maravilloso año de 1969, Merrel Fankhauser -un tipo peculiar, cantante, compositor, de todo un poco y cabecilla del invento- y Jeff Cotton -guitarrista que más tarde tocaría en la Captain Beefheart´s Magic Band- ya formaron una banda rara pero querida por los amantes de la psicodelia llamada Fapardokly, y un par de años depués vieron como el disco grabado ya bajo otro proyecto renombrado como MU, que contenía piezas de la categoría de "Nobody Wants To Shine", era emitido con asiduidad en las radios angelinas y era bien recibido por los oyentes, algo que siempre da vidilla a los artistas.
Dentro del delirio psicodélico colectivo que llevaban encima -hay que decir que estaban muy rayados- y con el pretexto de ahondar y continuar sus investigaciones sobre los paralelismos culturales que se apreciaban según ellos entre los pueblos nativos americanos y los de la Polinesia, decidieron en 1973 despedirse de la dorada California, echarse el hatillo al hombro y marchar hacia Hawái. ¡Tontos que eran los amigos! ¡Anda que decidieron ir a Teruel en pleno invierno para comprobar las posibles coincidencias entre los turolenses y los lapones!
Pero a parte de sus rollos pseudocientíficos por Maui, esta gente se dedicó a seguir preparando material nuevo, tocar y grabar.
Allá alejados de la metrópoli angelina, bajo un claro cielo azul y rodeados por un bravo océano Pacífico, por selva y por volcanes, este cúmulo de obsesiones tan variopintas y estrambóticas dio lugar al nacimiento en 1974 de un sonido muy ecléctico y muy vivo, contando para ello con la asistencia técnica de gente que trabajó para los Quicksilver Messenger Service. En canciones como la instrumental "Haleakala" o "I Saw Your Phopograph" se aunaron ingredientes tan dispares como el Folk, el Country y el Rock de raíz eminentemente americana, la libertad creativa del Jazz-Fusión y otras innumerables pinceladas más sutiles pero efectivas a más no poder como las reminiscencias orientales o esas exóticas trazas provenientes del folclore local y tradicional hawaiano...
Por todo ello, el resultado final es difícilmente comparable a otros artistas o bandas. Es cierto que se me ocurren un par de nombres pero no haría justicia, sería una aproximanción muy vaga -algo parecido a describir únicamente una pequeña parte del cuadro completo- y además es que si lo digo rompería la magia y el encanto.
Lo único de lo que no tengo dudas es que es una música con encanto, sugestiva y altamente recomendable.
De ellos hay un doble recopilatorio titulado "The Complete Maui Sessions" que contiene sus dos únicos trabajos más otras canciones de regalillo, ahí queda dicho.
Como lo mejor de todo esto es que lo escuchen y juzguen ustedes mismos, vamos a despedir ya a los chicos de MU como ellos se merecen, con una preciosa y cálida canción, inmersa en un evocador halo de misterio y que atrapa desde la primera escucha gracias a su magistral interpretación titulada "Blue Form":