Revista Comunicación

Canciones para conducir: la radio

Publicado el 18 junio 2016 por Lya
Puede ser, no lo descarto, que sea una cosa de huelga o de me tienes hasta ahí de la máquina en cuestión, pero el caso es que desde hace algunas semanas el aparato reproductor de música de mi coche funciona a medias. Lo que viene siendo que sólo funciona la radio. Nada más. Ni el chisme para los cedés ni el emepetrés. No tengo ni repajolera idea de qué ha podido pasar, pero así estamos. Tras muchas semanas de Muse a tope y a todas horas, el aparatito ha dicho que verdes las han segado, mona. De ahí mis sospechas de huelga. Mi pequeña japonesa interior no se fía.
Total, que claro, hay que arreglarlo, pero eso implica que saquen el chisme de su sitio y se lo queden para su riguroso estudio mientras yo estoy uno, dos, no sé, días sin música en el coche.
Sin música en el coche. Yo.

Canciones para conducir: la radio

Pues eso. 


Como tal posibilidad no la contemplo ni de lejos, por ahora aguanto sólo con la radio. Al menos hasta que tenga de eso llamado vacaciones y pueda dejar el coche unos días.
Esta eventualidad de mi vida de conductora ha hecho que, como os decía, haya vuelto a la música de la radio (no queda otra). Varío entre cadena 100, Rock FM y Melodía FM, y entre las tres hacen que mis días sean, más o menos, aceptables. Además últimamente en Rock FM ponen mucho a Muse, así que, bueno, bien, sobrevivo. Y aprendo. Porque, oye, reconozco que ni flores de la actualidad musical española.

Los muchachos estos, mira tú. Tan bien plantados y tan majos. Y la canción está bien. Venga, va, no me miréis así, que estoy siendo buena. Jopetas.
Otros:
 
Hijos, no sé, que es primavera y estoy ñoña.
Aunque mi favorita, sin duda, es:

Y también me ha dado por escuchar a Izal, tras varios meses de oír hablar de ellos constantemente...

Conclusión: unos vetusta, pero más animados, cosa que se agradece porque a los morla se les va la mano con la inducción al suicidio.
Pero, vamos, dicho todo esto, reconozco que en cuanto llego a un sitio estable, saco mis cascos y tiro de mi suscripción premium a Spotify. Y, claro, pasa lo que pasa:

Os confirmo oficialmente lo que ya sospecháis: no, no se me ha pasado. Ni se me pasará.

Canciones para conducir: la radio

Pues eso, también. 



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