Por otro lado, también decir que es un señor tocho de 640 páginas (extensión que me vale para uno de los puntos del Reto Curioso) que, con la previsión de que no me iba a gustar, estaba ocupando un espacio en mis estanterías que preferiría dedicar a otras historias
. Así pues, entre unas cosas y otras, me puse con esta lectura ¿Y en qué quedó la cosa? Bien, seguid leyendo.Argumento
Paula lleva hablando dos meses con Ángel por messenger y se han enamorado a pesar de que él le saca algo más de cinco años. Al fin deciden quedar para conocerse en persona, pero el chico se retrasa mucho y ella, creyendo que le ha dado plantón, va a ahogar sus penas en una cafetería cercana. Allí conoce a Alex, un joven que está leyendo en ese mismo momento el mismo libro que ella, Perdona si te llamo amor, de Federico Moccia.
Ángel llega tarde a la importante cita porque ha tenido que realizar una entrevista a Katia, la cantante pop del momento que, como disculpa por el retraso, le acerca hasta el lugar de la cita. Una vez allí, la suerte, en forma de amable anciana con organillo, le lleva a pillar a Paula cuando está a punto de marcharse de la cafetería. Así comienza su relación.
Sin embargo, no todo acaba ahí. Mario es el mejor amigo de Paula desde la infancia y la ama desde hace años. Está decidido a declararse esa misma semana.
Reseña
Paula. Tres chicos enamorados de ella. Tres chicas diferentes no correspondidas por esos mismos chicos. No hace falta ser un genio para intuir la clase de lectura que es esta novela: un culebrón para adolescentes. Tenemos una historia que supera de largo las 600 páginas (¡y con final abierto!) pero que está vacía por completo. La novela adolece de una superficialidad absoluta. Líos amorosos, uno detrás de otro, mucha angustia adolescente por no ser correspondido o por tener dudas y ya está. No hay fondo, no hay nada más. Los personajes quedan planos y sólo tienen rasgos característicos en que uno es periodista, otro es "escritor" (ahora iré con él) y toca el saxo, la otra es una cantante famosa que, pobrecita ella, no puede llevar una vida normal... Así. Y bueno, luego están las "sugus", con Paula a la cabeza. La perfecta, maravillosa, preciosa, simpática, divertida, etcétera, Paula. Protagonista absoluta con una falta terrible de personalidad más allá de rasgos externos. Bueno, para ser justos, todos son definidos por su perfección exterior. Todos son guapos, mucho, muchísimo. De las tres amigas, poco que decir, van de más extrovertida a más tímida, y ya está. No creo ser la única a la que le parece poco fondo para unos personajes.Y sin embargo, a pesar de todo esto, esperaba una novela mucho peor. Temía que fuese otro Moccia (autor que ya sabéis que "adoro") y aunque tiene mucho de éste, pues se nota la admiración de Blue Jeans, parece que se queda con lo poco bueno de aquél y no llega a coger lo malo. Mientras en el italiano se le nota que se quiere mucho a sí mismo y que es un machista de libro, Blue Jeans, al menos aquí, no adolece de esos defectos. Se limita a dar una historia sobre amores adolescentes que entretenga. Ni más ni menos.Y hablando de escritores, me quiero parar un momento en Alex, aspirante a eso mismo. Me ha hecho mucha gracia (ninguna) que dedique más tiempo a inventarse formas de publicitar las pocas páginas que lleva escritas que a escribir. Por no hablar que, de lo que va su historia y su prosa, recuerda demasiado a esa novela de Moccia que está leyendo en ese momento. Me encanta. Es como si hubiese un "homenaje" dentro de otro "homenaje". Otra cosa que me genera dudas es que se supone que tiene 22 años, pero no se le conoce oficio con el que mantenerse viviendo solo (dar clase de saxo a unos ancianos no creo que pueda mantener a nadie). En definitiva, que Alex me parece creado únicamente para "enamorar", con su música, su "novela", su preciosa sonrisa y su "triste" pasado. Demasiado artificial incluso hasta para el conjunto de personajes de este libro.
Es curioso que, con la extensión de la novela, todo transcurra en apenas una semana y no haya espacio para profundizar en nada. No se puede decir que sobran páginas como tal, porque, si hubiese que quitar algo ¿qué sería? No hay nada que realmente aporte. Si al menos se sintiese el supuesto amor del que hace gala durante toda la historia, bien, pero es que salvo un momento puntual, no me ha llegado nada, y no me refiero a uno de los momentos románticos precisamente. Tengo la sensación que todo se limita a desarrollar el esquema matemático que comentaba al principio de la reseña: 1-3-3. Mucho azúcar y poco sentimiento. Pero algo bueno tendrá ¿no? Para mí, muy poco. Se lee rápido gracias, por un lado, a los 112 microcapítulos de 3-6 páginas y, por otro lado, a la gran cantidad de diálogos y frases cortas. Lo que menos me convenció de su escritura es que acaba la mayoría de los capítulos con frases que anteceden lo que vendrá más adelante, algo que de manera puntual está bien y sirve para motivar a seguir leyendo, pero que en exceso, como aquí da la sensación de huída hacia delante y casi agobio. Es un estilo muy dinámico y siempre están pasando cosas, saltando la acción de un personaje a otro. También se podría decir a favor de la novela que es simpática. Está vacía y no aporta nada, pero al menos no es un insulto como los libros del italiano. Engancha como los culebrones de sobremesa.En definitiva, lo que me imaginaba. No sé si en el caso de que lo hubiese leído siendo adolescente me habría encantado. Probablemente, sí me habría gustado más que ahora, pero me temo que ni aún así. Es una novela muy pobre, no aporta nada, con personajes perfectos, artificiales y planos. Y para colmo, a pesar de su extensión, sólo es la primera parte de una trilogía que no voy a continuar. Bastantes "uffff" y "pfffff" he soltado con esta lectura como para seguir torturándome. Aún así, comprendo el éxito que ha tenido: historia muy sencilla, muy cercana a jóvenes en la edad del pavo que se pueden identificar con algún personaje, situaciones rocambolescas, mucho pastel y un estilo ágil imprescindible para un tocho como es éste.