Nunca voy a una librería a encontrar un libro sobre música. Más que un ítem subvalorado dentro del negocio editorial, siento que es una redundancia. Vivo con mucha música dando vueltas como para seguir conectado en ese sagrado momento de la desconexión que es la lectura. Pero termino comprando muchos libros sobre música. Vida de Keith Richards, varios de Nick Horbny, Patti Smith, Mark Everett y a la lista ahora se suma este de Joselo Rangel de Café Tacuba. Crocknicas de un Tacvbo sigue confirmando que para un melómano la música está en todo lo que hace.
Al parecer Joselo se hace tiempo todas las semanas para escribir en el diario El Excelsior sobre música y, como decimos en Amo, todo lo que termine en una melodía. Son breves textos y eso garpa. Tiene mucha data sobre el mundo oculto de la música y tiene picante. Es un melómano refinado y está bueno para descubrir nueva música. Pero por sobre todo me gustó porque me quisiera escribir como él. Dejarme llevar por temas, pensamientos y anécdotas con esa fluidez. Aunque estoy seguro que los deadlines lo deben preocupar, se nota que lo hace con groove musical. Se recomienda para tener en la mesa de luz, leerte dos o tres artículos y dormirte con una melodía en la cabeza, o desvelarte un rato para volver a escuchar canciones eternas como ésta de Los Tres.
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