Revista Cultura y Ocio
Os presento la sección "Reseñas dispares", un espacio donde hablaré de las novelas que he leído y os las mostraré en reseñas de tamaño reducido. ¿Cuál de las dos ganará en este duelo literario?, ¿los personajes podrán viajar de un libro a otro? Las preguntas son múltiples, pero las respuestas solo están en manos del lector.
Cuando Dios aprieta, ahoga pero bien, de Guillermo Fesser.
Al niño lo tuve seis meses en el bote de alcohol y, la verdad sea dicha, se conservaba fenomenalmente. Yo lo quería mantener disecado, pero mi madre sugirió de ir a darle sacrosanta sepultura. Lo metí en una caja de estas grandes de las medicinas, una que es en blanco con dos rayas verdes. Fuimos al cementerio, hicimos un agujero y lo enterramos. Seguramente se lo comería un gato (pág. 160).
La historia la cuenta Cándida y la transcribe Guillermo Fesser (Gomaespuma). La mujer, natural de Jaén y madre de ocho hijos, narra su vida desde su nacimiento hasta que es abuela. Es un tono informal y divertido donde las situaciones más lamentables y deprimentes (pobreza o drogas) son contadas con dosis de humor, como si Cándida viese su vida como un proceso normal de penurias. En ocasiones la historia se vuelve demasiado atropellada, y si te saltas dos o tres párrafos te pierdes la historia. Es un ritmo rápido y dinámico hasta el exceso. Sobre todo al principio, cuando estás intentando ubicarte dentro de la historia.
Posteriormente, Cándida protagonizó programas de críticas de cine y fue locutora de radio. Cuanto más te metes dentro de su universo, más cariño la tienes. Ponga usted una Cándida en su casa y verá cuánto cariño le da esta mujer que se pasó toda la vida de fregona.
Lo mejor: el tono que emplea y cómo transforma el dolor en humor.
Lo peor: cómo resuelve el final. De alguna manera se debe salir de ese círculo rutinario, y el final sucede de manera cortante con un viaje repentino (y felicidad para todos. Fin). Un deus ex machina precipitado.
Material adicional: La película, dirigida por Fesser. Es muy buena. Si investigas en Youtube, encontrarás sus vídeos, donde hace críticas a películas como Sexo en Nueva York, Babel o Los Simpson. Todo un mundo por explorar.
Solaris, de Stanislaw Lem.
En realidad, como descubre el lector superviviente de Solaris, todos estos extraterrestres no son tales, sino todo lo contrario: son "nosotros". Y cuanto más nos esforzamos porque sean menos "nosotros", más patéticos resultan nuestros resultados (Prólogo).
Y de un mundo, pasamos a otro de tintes solaristas. Poco a poco se expande mi incursión por la ciencia ficción. Esta novela llevaba tiempo en mi lista de espera. Quizá la cubierta del libro me convenció del todo. Solaris es un planeta tres veces más grande que la Tierra recubierto de agua gelatinosa. No pasa nada y pasa de todo. Un bebé gigante aparece en la superficie y visitantes se presentan en la nave. Parece que el planeta sondea la mente de los tripulantes mientras sueñan y crea réplicas de personas allegadas a ellos que solo pueden vivir dentro la nave. La historia la cuenta Kris Kelvin en primera persona. No se puede contar más, el movimiento solarista se vive y se imagina de una manera desbordante. El prólogo de Jesús Palacios es increíble y te ayuda a contextualidad lo que vas a descubrir.
Lo mejor: el hechizo que ejerce el planeta sobre el lector y el discurso que se hace de él al final. Por cierto, un gran final.
Lo peor: ciertos datos científicos que entran por un ojo y salen por un oído. También el tiempo que pasan en la nave. ¡Tenéis todo un planeta por descubrir, salid ahí fuera y cubrid la noticia! Material adicional: recientemente he visto la película de Tarkovski, de 1972, que dura 160 minutos. No la veas si no has leído el libro. Es como tirarse de cabeza de manera perfecta a una piscina sin saber nadar. Cuantos más minutos pasaban, más amor tenía hacia el libro. También hay otra, dirigida por Steven Soderbergh en 2002 (con George Clooney).
* * *
Entre las dos novelas, me quedo con Solaris por mostrarme un mundo distinto. De todas formas, ¿os imagináis a Cándida en Solaris?, ¿cómo narraría su incursión al planeta? Y, por último, ¿a qué personaje literario o escritor mandaríais a un planeta inhóspito?
Cuando Dios aprieta, ahoga pero bien, de Guillermo Fesser.
Al niño lo tuve seis meses en el bote de alcohol y, la verdad sea dicha, se conservaba fenomenalmente. Yo lo quería mantener disecado, pero mi madre sugirió de ir a darle sacrosanta sepultura. Lo metí en una caja de estas grandes de las medicinas, una que es en blanco con dos rayas verdes. Fuimos al cementerio, hicimos un agujero y lo enterramos. Seguramente se lo comería un gato (pág. 160).
La historia la cuenta Cándida y la transcribe Guillermo Fesser (Gomaespuma). La mujer, natural de Jaén y madre de ocho hijos, narra su vida desde su nacimiento hasta que es abuela. Es un tono informal y divertido donde las situaciones más lamentables y deprimentes (pobreza o drogas) son contadas con dosis de humor, como si Cándida viese su vida como un proceso normal de penurias. En ocasiones la historia se vuelve demasiado atropellada, y si te saltas dos o tres párrafos te pierdes la historia. Es un ritmo rápido y dinámico hasta el exceso. Sobre todo al principio, cuando estás intentando ubicarte dentro de la historia.
Posteriormente, Cándida protagonizó programas de críticas de cine y fue locutora de radio. Cuanto más te metes dentro de su universo, más cariño la tienes. Ponga usted una Cándida en su casa y verá cuánto cariño le da esta mujer que se pasó toda la vida de fregona.
Lo mejor: el tono que emplea y cómo transforma el dolor en humor.
Lo peor: cómo resuelve el final. De alguna manera se debe salir de ese círculo rutinario, y el final sucede de manera cortante con un viaje repentino (y felicidad para todos. Fin). Un deus ex machina precipitado.
Material adicional: La película, dirigida por Fesser. Es muy buena. Si investigas en Youtube, encontrarás sus vídeos, donde hace críticas a películas como Sexo en Nueva York, Babel o Los Simpson. Todo un mundo por explorar.
Solaris, de Stanislaw Lem.
En realidad, como descubre el lector superviviente de Solaris, todos estos extraterrestres no son tales, sino todo lo contrario: son "nosotros". Y cuanto más nos esforzamos porque sean menos "nosotros", más patéticos resultan nuestros resultados (Prólogo).
Y de un mundo, pasamos a otro de tintes solaristas. Poco a poco se expande mi incursión por la ciencia ficción. Esta novela llevaba tiempo en mi lista de espera. Quizá la cubierta del libro me convenció del todo. Solaris es un planeta tres veces más grande que la Tierra recubierto de agua gelatinosa. No pasa nada y pasa de todo. Un bebé gigante aparece en la superficie y visitantes se presentan en la nave. Parece que el planeta sondea la mente de los tripulantes mientras sueñan y crea réplicas de personas allegadas a ellos que solo pueden vivir dentro la nave. La historia la cuenta Kris Kelvin en primera persona. No se puede contar más, el movimiento solarista se vive y se imagina de una manera desbordante. El prólogo de Jesús Palacios es increíble y te ayuda a contextualidad lo que vas a descubrir.
Lo mejor: el hechizo que ejerce el planeta sobre el lector y el discurso que se hace de él al final. Por cierto, un gran final.
Lo peor: ciertos datos científicos que entran por un ojo y salen por un oído. También el tiempo que pasan en la nave. ¡Tenéis todo un planeta por descubrir, salid ahí fuera y cubrid la noticia! Material adicional: recientemente he visto la película de Tarkovski, de 1972, que dura 160 minutos. No la veas si no has leído el libro. Es como tirarse de cabeza de manera perfecta a una piscina sin saber nadar. Cuantos más minutos pasaban, más amor tenía hacia el libro. También hay otra, dirigida por Steven Soderbergh en 2002 (con George Clooney).
* * *
Entre las dos novelas, me quedo con Solaris por mostrarme un mundo distinto. De todas formas, ¿os imagináis a Cándida en Solaris?, ¿cómo narraría su incursión al planeta? Y, por último, ¿a qué personaje literario o escritor mandaríais a un planeta inhóspito?
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