55 años después probablemente haya que alfabetizar de nuevo. La falta de maestros en las aulas, el desencanto de los docentes y el bajo nivel entre educandos y profesores, podrían ser hoy los tres elementos que caracterizan el sistema educativo cubano, que ha venido de mal en peor en los últimos años.
La crisis social en Cuba es uno de los frutos de la educación deficiente que afronta la isla desde los días del inicio del “Período Especial” en el panorama cubano. Para ser sinceros el sistema de educacional en Cuba no ha podido recuperarse desde entonces.
La idea solapada de Fidel, de sustituir a los docentes por televisores, fue el macabro plan para enmascarar la carencia de maestros a lo lo largo y ancho del país, surgiendo así una nunca categoría que fue termómetro de todo y resultado de nada: los famosos PGI (profesores Generales Integrales) que nunca fueron ni lo uno ni lo otro.
Jóvenes sin ninguna experiencia impartían todas las asignaturas que estaban a su alcance y las que no. Muchos de ellos aprendieron las lecciones mientras las veían en la TV. En muchas regiones del país la señal de TV era deficiente y la escasez de corriente eléctrica obligó a colocar paneles solares. Administrativos desinteresados completaron los claustros en zonas distantes con personas que nunca fueron ni serán maestros quienes cobraban un salario por vigilar el aula, encender y apagar la TV.
Ese proceso presencial que llevó a Cuba a ser Territorio Libre de Analfabetismo y a exportar más tarde el método YO SI PUEDO al paso que vamos será reinstalado en el propio territorio nacional que debe ir pensando en retrogradar su campaña de alfabetización, para enseñar lo básico a muchos y rellenar las lagunas educaciones primarias que se notan a simple vista.
Sin embargo el acto que recuerda el logro de los primeros años de la Revolución y el Día del Educador sostiene el mismo tono triunfalista que reniega de los problemas y se aleja de las realidades.
Con información de Granma.
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