La nueva entrega futurista de Nicolás Ghesquière está marcada por una paleta cromática repleta de colores candy -azules pastel, turquesas, naranjas y amarillos ácidos.
"Buscaba un look con un cierto toque doméstico, casual y clásico al mismo tiempo. También me interesaba aportar rigidez a las prendas".
Minifaldas tubo, cardigans con dibujos en forma de prisma, chaquetas -armadas y acolchadas- sorprenden junto a tops paperwork que imitan los anuncios de neón del barrio de Shibuya en Tokio.
En el futuro que imagina Ghesquiére el mundo es puro, sofisticado. Con chicas ingenuas que en un mundo frío visten turquesa, naranja o rosa pastel.
Un Mundo Feliz.