En la parte oriental de Asturias, puerta a los famosos Picos de Europa, se halla este altozano cementerio sobre la villa de Cangas de Onís.
La villa bien merece un paseo tranquilo ya que tiene “cosas para ver”
Una de ellas es el llamado Dolmen de Santa Cruz, situado bajo la iglesia que vemos más arriba.
Y si a esta regia estatua de Don Pelayo le damos vuelta para ver todos sus “ángulos”, veremos cosa curiosa, tomándosela con la zurda:
Realmente como Cementerio no tiene mucho de particular, ya que es una zona eminentemente rural y de montaña, pero tiene también derecho como otros muchos cementerios, a tener su espacio en este blog de Oriente Eterno, que no solo recoge las celebridades que nos vamos encontrando en nuestros paseos funerarios, o los Cementerios monumentales.
Por esta razón traigo el Cementerio de Cangas de Onís, que también encierra sus curiosidades:
Cuando llegamos al Cementerio de la Ciudad de Cangas de Onis, que está por debajo de los entornos del llamado Llano del Cura, donde nos encontramos con una necrópolis como en dos alturas:
Vista de la puerta principal y distribución del Cementerio, donde se aprecian las dos alturas.
En general predominan las cruces del simbolismo católico, sobre tumbas en el suelo, y el recinto está salpicado de algunos panteones, en general exentos del figurativismo que vemos en otros cementerios más urbanos.
Destaca en el plano ornamental la tumba del que fuera en el años de 1895 de Benito Gutiérrez del Frade sindico (autoridad elegida por el pueblo para defender sus intereses) de la Corporación de Cangas de Onís
Dicha tumba rompe con la estética catolizante y nos acerca más al mundo progresista del republicanismo secular.
Uno de los pocos panteones que llaman la atención en el de Constantino González Gonzalez, + el 21-11-1956 y con hueco en el callejero de Cangas, ya que fue Alcalde de la Villa y próspero industrial allá en las tierras de Cuba, y cuyos emigrantes en 1954 le dieron un merecido homenaje.
Otro de los panteones que llaman la atención, aunque ahora está algo descuidado es que se levanto para el difunto Alfonso Noriega Fiquet , medico que fue de esta noble villa canguesa, que también cuenta con calle en la villa, aunque poco sabemos de él. A veces serán las propias tumbas las que nos revelen algo más.
Por la placa principal de su “peculiar panteón de caliza griotte y gresite”, sabemos que fue médico e hijo adoptivo de la Onís, que nació en 1889 y murió en 1959, se le reconoció como Hijo adoptivo, y que mediante el decreto de 908 de 1959 se le concedió:
“En atención a los notorios y extraordinarios méritos contraídos con su abnegada y heroica actuación en el ejercicio de la medicina durante cuarenta años se dispone de su ingreso en la Orden Civil de Beneficencia con categoría de Gran Cruz y Distintivo Morado y Blanco en homenaje a su reciente fallecimiento . El pueblo agradecido erigió este mausoleo”
Cuando uno recorre el cementerio ya camino de la salida con la vista de la Villa al fondo, se encuentra con una extraña tumba para estos lares.
Estela funeraria a la memoria de Iñaqui Arregui
Esta “extraña” tumba con su estela nos resulta rara para los asturianos, pero si nos acercáramos a los cementerios vascos y franceses veríamos que son bastante comunes. Alguien hace años me preguntó por ella y yo al principio no sabía a que se refería , hasta que de nuevo visité el cementerio de Cangas de Onís, y me di cuenta que en ese lugar habíamos enterrado hace años a un amigo a Iñaqui Arregui, guarda del Parque Nacional de Picos de Europa que se mató el 26 de julio de 1989, era uno de nuestros primeros himalayistas y un gran escalador.
Ese es el motivo de esa estela en el Cementerio de Cangas de Onís, en memoria de este guarda vasco.
Textos y fotos de cementerio de @Víctor Guerra