Revista Salud y Bienestar

Cannabis

Por Pedsocial @Pedsocial

Smoking kitHasta que punto el consumo de cannabis es un problema de Pediatría social está, como tantos otros temas, abierto a debate. No es tanto que haya informaciones contradictorias, sino que , y lamentablemente, mucha argumentación está revestida de patrones ideológicos con soporte científico diverso. El soporte científico es, por definición, contradictorio. De no ser así sería cuestión de fe y eso, no es científico.

De la multitud de substancias cuyo consumo parece ser exclusivamente recreativo y en la sociedad occidental, se acostumbra a adoptar actitudes maniqueístas de: esto es bueno/esto es malo, sin demasiada reflexión y centrándose en legislaciones restrictivas que, originalmente, son de base administrativa. Me explico: unas substancias son legales porque su producción y comercialización están sometidas a impuestos o tasas, y otras no los son por ese mismo motivo. La legalización es puramente recaudatoria y poco tiene que ver con que los efectos de tales substancias sobre la salud.

No es menos cierto que la condición de legal o ilegal de una u otra substancia no modifica los efectos sobre la salud física de los que las consumen, mientras que el tráfico de las substancia ilegalizadas es determinante de conocidísimos efectos negativos sociales, especialmente de violencia delictiva. Desde Al Capone hasta los “cárteles” mexicanos, el tráfico de substancias está en la raíz de tremendos acontecimientos violentos y muertes.

Tampoco cabe en la racionalidad científica la artificiosa condición de “drogas blandas” y “drogas duras” adscrita a la intensidad del fenómeno adictivo, cuya base no es simplemente farmacológica.

Estas reflexiones quedan, por supuesto, abiertas a discusión, pero y en cualquier caso permiten inferir que el problema general de las substancias ilegales es notablemente complejo. Y que su significado en la salud de los niños, preferiblemente de los adolescentes, debe ser objeto de ocupación y desarrollo de criterios sociales y clínicos para los profesionales que se ocupan de los niños.

Hay que informarse, reflexionar y elaborar criterios propios coherentes.

Yendo de lo general a lo más concreto traemos hoy a discusión una publicación reciente de la revista Psychology of Addictive Behaviors sobre el uso crónico de marihuana por parte de adolescentes como factor de riesgo de problemas de salud física y mental de adultos jóvenes.  Se trata de un estudio amplio y bien diseñado que compara diferentes grupos de jóvenes y que viene a demostrar que no se encuentran diferencias significativas en la salud física y mental entre grupos de jóvenes que usan poco a nada marihuana y otros que la consumen crónicamente en diferentes momentos de la adolescencia y primera edad adulta. Al tiempo que demanda precaución en la interpretación de los resultados, la escasa diferencia entre los diferentes grupos, salvados otros condicionantes, cuestiona la idea de una efectos deletéreos del consumo de cannabis entre los jóvenes. Vale la pena repasar los comentarios que al artículo ofrece  en Medscape Megan Brooks (Teen Marijuana Use Not Harmful?)  cuando llama la atención sobre el hecho de que este estudio pone de manifiesto las limitaciones de estudios previos con conclusiones más discutibles.

Por tanto hay que liberarse de prejuicios y mantener una visión muy crítica ante cualquier suposición que no esté suficientemente substanciada si de verdad queremos ayudar a nuestros jóvenes y sus familias.

X. Allué (Editor)

Lecturas adicionales: La construccion social del problema de la droga


Cannabis

Volver a la Portada de Logo Paperblog