CAÑÓN DE RÍO LOBOS.Al oeste de La Fuentona, en la vertical de Burgo de Osma (que queda a 12 kilómetros), se nos presenta el esplendoroso Parque Natural del Cañón del Río Lobos, con 25 kilómetros de desfiladero rasgando la paramera, elevada por encima del río a veces hasta a 100 metros de altura, como por el Duratón segoviano.En lo alto, la formación calcárea, junto a arcillas, arenas y conglomerados, forma una plataforma bien nutrida de sabinas, con impagables miradores hacia el poderoso cañón de calizas del cretácico superior (con 100 millones de años de historia geológica), a las que acompañan derrubios provocados por la alternancia hielo-deshielo; abajo, en la base, margas, arcillas y conglomerados del cretácico inferior se enriquecen con la aportación de la flora ribereña, sobrevolada por gran número de rapaces.Hay que ir -cerca de la población de Ucero- por un cómodo y breve acceso de alrededor de 1 kilómetro al lado del río, hasta la ermita de S. Bartolomé. Ejemplar gótico tardío -del siglo XIII-, lindante con la Cueva Grande, impresionante oquedad con grabados rupestres (y también graffitis de gamberros, que se extienden a las paredes de la ermita), desde la que las vistas al templo son magníficas. Esta iglesita -y el cañón en general- también está envuelta en la leyenda, como es corriente en estos parajes tan sobrecogedores por su grandiosidad.Se dice que el Apóstol Santiago, montado sobre su caballo, saltó desde el alto de uno de los farallones del Cañón de Río Lobos. Los cascos dejaron sus huellas sobre la piedra, cerca del camino hoy utilizado y la espadase le cayó al suelo y allí donde se clavó quedó revelado que sería el lugar donde edificar la actual ermita.Ésta se levantó en un lugar equidistante de los dos puntos más septentrionales de la geografía peninsular, los cabos de Creus y Finisterre, siendo el "Omphalos" (el centro del mundo). Sin duda, este misterio no puede comprenderse sin la cueva, en la que probablemente se celebraban rituales de carácter pagano desde tiempos prehistóricos.LA LAGUNA NEGRA.Así describió Antonio Machado a la Laguna Negra en su romance “La tierra de Alvargonzález”, a la que no debemos dejar sin visitar:Llegaron los asesinos
hasta la Laguna Negra,
agua transparente y muda
que enorme muro de piedra,
donde los buitres anidan
Material necesario:
- Telar rectangular
- Lana del color y grosor deseados
Nota: Para la bufanda de la imagen, de 210 cm de largo por 23 cm de ancho, hemos utilizado 360 metros de lana RAPIDO chanvre de Phildar (unos 9 ovillos de 50g).
Pasos a seguir:
¡El resultado es una bufanda larga, suave y calentita! ¿Os animáis a probar?