Un ejemplo lo podemos encontrar en la canción que dio nombre al disco que antes mencionábamos, “Señora Azul”. Una canción adelantada a su tiempo, con producción exquisita de Rafael Trabuchelli, melancólica, natural, y de gran riqueza instrumental, que algunos entendieron era una crítica contra el franquismo y la censura de aquellos años, aunque ellos aclararon que el tema estaba dedicado a los críticos musicales. Fue un fracaso comercial, pero el tiempo hizo justicia y ha conseguido hacer deslumbrar la gran calidad de la canción, y de las composiciones de un grupo cuya influencia ha ido aumentando con el paso de los años, haciéndose acreedores del título de grupo de culto por excelencia del pop español.
Señora azul, que sin contemplación,
Desde la cima de tu dignidad
Vas a imponer tu terca voluntad
Y con tu opinión medir nuestro criterio.
Señora azul, que ciega la razón,
Dejas sentir tu olímpico desdén,Es sugestión tu alarde de saber,
Tu realidad es sólo confusión.
Tú no puedes apreciar con propiedad
El color de la cuestión,Porque desde la barrera sueles ver
Toros que no son y que parecen ser.
Señora azul, de vicio criticón,
Sin dar la talla de profesional.Señora azul, ¡qué lastima nos das!
La mediocridad está en tu corazón.
Tú no puedes apreciar con propiedad
El color de la cuestión,Porque desde la barrera sueles ver
Toros que no son y que parecen ser
Señora azul, que sin contemplación,
Desde la cima de tu dignidadVas a imponer tu terca voluntad
Y con tu opinión medir nuestro criterio.
Señora azul, sabemos tu intención,
La frustración que te hace obrar así.Señora azul, ¡qué lastima nos das!
La mediocridad está en tu corazón.