Revista Erotismo
Aprovechando las fechas que actualmente sufrimos, fui, muy bien acompañada, a un concierto de navidad.
Jazz, Blues, Soul… en fin, esas cosillas.
Yo permanecía sentada, expectante, empapándome de ambiente soul, y mirándoles las tetas a las mujeres. O sea, normal.
En un momento dado, por sorpresa, como suelen suceder estas cosas, se me acerca una chica. Me sonríe y me planta un par de inesperados besos.
- Tú no te acordarás.
- Lo siento.
- Soy Susana. Del trabajo.
- Ah, bien. Yo soy Candela.
- Sí, lo sé. Está bien que nos veamos aquí. Ya sabes, un sitio para divertirse.
- Claro (yo no sé a qué clase de sitios va Susana, pero yo, cuando voy a un sitio por gusto, suelo ir para divertirme).
- Bueno, hasta luego.
Susana. Sí, claro. Un día quedamos por internet. Trabaja en la Junta de Andalucía.
Yo, por mi trabajo, tengo bastante contacto con el gremio.
Quedamos, y nos tomamos juntas un café. Fue sólo un café. No recuerdo que me gustara demasiado. Debió ser por su cara redonda, como un chupa chup.
Susana iba vestida de forma curiosa. Llevaba una especie de túnica romana, con los brazos al aire y ceñida a la cintura, mediante un cinturón de cuero. Tiene una media melena caoba, muy rizada, y, la llevaba cardada a lo afro. La cara, muy pintada. Y con un aire de seguridad en sí misma curioso. Ah, la túnica dejaba algo muy claro, la gran cantidad de tetas que tiene. La verdad, me resultó extraño no haberlas visto antes. Creo que la visión de sus mofletes me distrajo de todo lo demás. Una pena, por cierto.
Una hora más tarde, entendí lo del disfraz de pecadora: se subió al escenario y entonó un blues. No lo hizo especialmente bien. Pero, por una extraña razón, su compañero de escenario no dejaba de hacer alusiones a lo que había subido la temperatura del ambiente cuando ella cantaba.
Sí, he de reconocer que le vi menos mofletes y más tetas. Supongo que es a lo que se refería el compañero.
Me quedé pensando en su saludo. No tenía porqué identificarse. Claro que, ella sospechaba que, si no lo hacía, yo no la hubiera reconocido.
Me quería dejar claro lo que me había perdido? Me estaba seduciendo? No sé.
Qué pensáis vosotros, queridos fantasmas?Sigue leyendo