El 11 de abril de 1952 se estrenaba en las salas de cine de Estados Unidos Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen y Gene Kelly). Celebramos el 70 aniversario de la que se considera la mejor película musical de todos los tiempos.
La época dorada de los musicales fue en los años 40. Y es curioso que, cuando el género empezaba a decaer, se rodara esta joya del séptimo arte. Los grandes musicales desaparecerían a lo largo de la década de los 50, pero de una forma brillante con esta y otras películas que también se hicieron sitio en la historia del cine, mientras la televisión triunfaba llevando a la quiebra a numerosas salas.
Muchos de los musicales que triunfaron en los años 40 y 50 tenían un argumento flojo, casi como excusa para introducir las canciones y los bailes, que era lo realmente importante. Cantando bajo la lluvia no era, en principio, más que un cúmulo de canciones que ya habían aparecido en otras películas. Sí, el famoso tema que da título a la película también. El músico y productor Arthur Freed deseaba unir en un film las canciones que había compuesto junto a Nacio Herb Brown. Se trataba, entonces, de crear un guion para enlazarlas. Esto se encargó a Adolph Green y Betty Comden. En principio la idea no les hizo ninguna gracia, pero terminaron por elaborar una historia que, aunque la despojáramos de sus maravillosos números musicales, se sostiene por sí misma. Cuando Gene Kelly se incorporó al proyecto, introdujo cambios que mejoraron el guion. Ya que las canciones, en realidad, se habían compuesto en los años 20, podían ambientar la narración en aquella época, tomando la suficiente distancia como para satirizar sobre el cine y el propio Hollywood mezclando hechos reales y ficción.
Cartel de Cantando bajo la lluvia (1952)
Foto: copyright 1952 Loew's Incorporate. Wikipedia.
El argumento trata sobre la irrupción del cine sonoro. Hoy en día, la película es una lección magistral que retrata la difícil transición entre el cine mudo y el sonoro, que destruyó la carrera de grandes estrellas y encumbró a otras. Vemos la adaptación de los estudios de cine, la aparición de grandes cámaras fijas, tan ruidosas que tenían que rodar tras un cristal, el necesario cableado de sonido, la sincronización y la aparición de un personaje fundamental: el profesor de dicción que, a veces, se convirtió en la pesadilla de los actores.
La historia comienza con la presentación de la nueva película de la pareja de moda de Hollywood. El ídolo del cine mudo, Don Lockwood (Gene Kelly), narra a una reportera (alter ego de una famosa periodista de cotilleo de la época) sus difíciles comienzos hasta llegar a convertirse en galán junto a la ya diva Lina Lamont (Jean Hagen). Su productor (inspirado en el propio Arthur Freed) se esfuerza en que el gran público no descubra que Lina, no solo es una rubia tonta, pagada de sí misma y ambiciosa, sino que además tiene una voz chillona y horrible.
Escena de "Cantando bajo la lluvia" donde se rueda la película que protagonizan Don y Lina.
Foto: Filmaffinity.
La vida de Don cambia cuando, huyendo de sus enloquecidas fans, se cuela en el coche de Kathy Selder (Debbie Reynolds), una aspirante a actriz. La joven pone distancia entre los dos pensando que es un engreído acostumbrado a que las mujeres caigan rendidas a sus pies. Pero Don se ha enamorado sinceramente de ella y no para hasta encontrarla y demostrarle su amor.
Don comienza a rodar con Lina su nueva película El caballero duelista donde improvisa diálogos repetitivos o reproches camuflados en las escenas de amor (cosa que hacían en realidad algunas estrellas de la época y donde Kelly se parodia a sí mismo en su rol de espadachín). Pero el rodaje se detiene ante la noticia de la llegada del cine sonoro. Tras una inicial resistencia, no tienen más remedio que adaptarse a los nuevos tiempos puesto que El cantor de Jazz (1927) está siendo todo un éxito. Cosmo Brown (Donald O’Connor), el mejor amigo de Don, se ve en el paro ya que su trabajo consiste en ambientar las escenas con el piano (empleo que también había desempeñado Arthur Freed) pero el productor lo nombra jefe de la nueva sección musical y deciden convertir El caballero duelista en El caballero danzarín. Don y Lina comienzan las clases de dicción, pero la diva no consigue estar a la altura y nada puede disimular su horrible voz.
Tras un preestreno catastrófico, Cosmo tiene la brillante idea de que Kathy doble a Lina y así salvar la película. Ilusionados con la idea, Don acompaña a Kathy a su casa y decide regresar a pie bajo la lluvia, escenificando el número musical más famoso de la historia del cine.
Gene Kelly en la mítica escena de "Cantando bajo la lluvia".
Foto: Filmaffinity
El verdadero problema es que Lina, enterada de que Kathy solo la doblará en esa película, que ha conseguido un papel en la siguiente producción y que es la novia de Don, al que ella en su fantasía consideraba suyo, decide destruir la carrera de la muchacha.
El rodaje de Cantando bajo la lluvia fue muy duro. Para los decorados de la película se utilizó mobiliario real de la época, coches y objetos que ya habían aparecido en películas de los años 20, lo que le da mucha verosimilitud.
Debbie Reynolds tenía 19 años y no sabía cantar, ni bailar. Gene Kelly le enseñó claqué en ensayos maratonianos que dejaban a la joven agotada. A veces, como vivía lejos de los estudios, Debbie se quedaba a dormir sola en el set. Un día, Fred Astaire, que rodaba en un estudio cercano, la encontró llorando debajo de un piano. La joven no podía soportar el malhumor de Kelly y, años más tarde, declararía que dar a luz y rodar Cantado bajo la lluvia habían sido las dos experiencias más duras de su vida, aunque reconoció que todo lo que aprendió de Kelly le sirvió para labrarse su carrera de actriz.
Debbie consiguió bailar como una profesional, aunque Kelly tuvo que doblar el sonido del claqué de alguna de sus escenas porque no daba el adecuado. Pero no consiguió aprender a cantar. Aunque en el argumento es Kathy la que dobla a Lina, en la vida real, fue la propia actriz Jean Hagen (Lina) la que pone voz a las escenas de El caballero danzarín y a alguna de las canciones que interpreta.
La famosa escena donde Kelly, O’Connor y Debbie cantan Good morning y terminan cayendo en el sofá se rodó 40 veces y Debbie terminó con los pies sangrando y una lesión en el pie por la que tuvo que guardar cama durante tres días. También resultó lesionado O’Connor en su número Make ‘em laugh. El actor cómico llegó a decir que Kelly era un tirano.
Donald O'Connor, Debbie Reynolds y Gene Kelly en la escena del sofá.
Foto: Filmaffinity
Respecto al rodaje del mítico número musical que da nombre a la película, hay mucha leyenda. Dicen que Gene Kelly tenía 39º de fiebre, que lo grabó en una sola toma y que mezclaron el agua con leche para que fuera visible. Nada de eso es cierto. Era de día por lo que pintaron con alquitrán el decorado para darle oscuridad y lo llenaron todo de rociadores por los que salía el agua rodada a contraluz para que pudiera verse. Necesitaron tres días de trabajo para grabar toda la secuencia y Kelly tuvo que cambiarse ocho veces el traje porque era de lana y encogía, dificultando sus movimientos.
El rodaje de la película superó el presupuesto inicial, aunque consiguió buen resultado en taquilla. Donald O’Connor ganó el Globo de Oro al mejor actor, pero Cantando bajo la lluvia no consiguió ningún Oscar, aunque solo estaba nominada a dos. Se dice que le perjudicó que Un americano en París(1951), protagonizada también por Gene Kelly, se llevara el año anterior cinco Oscars, incluido el de mejor película, ya que la Academia consideró que se había premiado al género musical suficientemente.