Revista Cultura y Ocio

¿Cantidad = Calidad?

Publicado el 08 agosto 2016 por Isabel Isabelquintin

¿Cantidad = Calidad?Voy a meterme en camisa de once varas hoy, eso está claro.

Puede que de aquí salgan más detractores a mis palabras que defensores, pero aún así lo voy a decir porque es que mi deber como lectora es cuidarme y como escritora es cuidar de los lectores.Ya sabemos que en la actualidad se ha hecho tendencia leer, es decir, las generaciones actuales por moda se han convertido en lectores. Que no debería parecerme malo y no lo es; pero tiene sus contras, aunque ese no es el tema de esta entrada; lo que sí lo es es la reproducción pluricelular de los escritores (y digo escritores porque es la palabra que define a alguien que escribe, que cuenta historias)escritor, escritora

  1. nombre masculino y femeninoPersona que se dedica a escribir obras literarias."Cervantes fue un escritor universal"

No estoy segura de que este sea un titulo que deba ganarse con calidad o cantidad... diría Shakespeare: "He ahí la cuestión".
Lo digo por lo siguiente:
Siendo lectora disfruto de la inmediatez con la que la internet y redes sociales te acercan a nuevas historias y nuevos autores, los libros digitales son un regalo para alguien como yo, que aunque quisiera tener un millón de libros en papel debo conformarme con tenerlos en digital porque tardan un siglo en llegar al país o peor, sencillamente no llegan.
Pero este es otro asunto y no quiero empezar con mis divagaciones, ya que yo vivo de los peros y los dilemas, de disyuntivas que incluso llegan a robarme el sueño.

¿De dónde ha salido la idea de que la calidad la mide el número de publicaciones que hagas al año?
Es decir, que no porque  publiques uno, dos o tres libros cada mes es porque eres una autor privilegiado, prolífico y con una cabeza prodigiosa.

No.Mi respuesta es no.¿Que pasa con la vida social de estos autores? Pregunta mi inocencia.
Y no me voy por las ramas, me guío por mi propia experiencia de donde salen la mayor parte de dudas y por qué no decirlo también, las frustraciones.Yo (no quiero ser egoísta solo hablo de mi caso particular) me tomo un periodo de seis meses,  que no quiere decir que me pase 180 días clavada de seguido en esto, es una media proporcional. Pero me paso alrededor de ese tiempo investigando los temas en torno a la trama que quiero desarrollar sin contar el tiempo que me lleva pensar en el tema central de una historia. Dicho tiempo debe llevar una planificación adicional de resúmenes, creación de personajes, ambientación, documentarse con libros afines y hasta el cine, porque yo consumo más el séptimo arte por encima de los libros, aunque puede que quizás no sea lo ideal. Entonces, este proceso que debe tomarse con calma, solo es la antesala al momento de escribir debido a que todo eso que tenías planificado es parte vital para la estructura. De allí en adelante me lleva unos seis meses más con correcciones, con revisiones, periodos de descanso, ayuda de terceros... en fin, un millón de cosas más que surgen porque en la literatura el aprendizaje no termina jamás.


Luego de decirles lo que a mí me "cuesta" la creación de un libro surge la más grande de mis frustraciones y es ¿será que no soy tan buena escritora? Porque en realidad con esas publicaciones mensuales yo me siento en decadencia, como que estoy perdiendo la carrera, pero ¿qué carrera? ¿Acaso estamos en una competición al premio de quién púbica más libros en el año?
Como lectora disfruto de la expectativa por el lanzamiento de un nuevo libro, si se trata de series es cierto que en ocasiones desespera el tiempo entre uno y otro y decides que es mejor leer cuando estén todos, pero tampoco es mal de muerte que hoy termine el primero y el siguiente se publique en un año, no es como para deprimirse por no saber que hacer con mi vida todo ese tiempo. Porque hay tantos libros increíbles, y otros que no lo son tanto, que están a la espera de ser leídos. 

¿Cuántos libros han envejecido sin hallar un lector?Vuelvo a hablar desde mi experiencia, Nicholas Sparks es de lejos mi autor de romance favorito, de él leería cualquier cosa con garabatos, pero les juro que si él sacara más de dos libros por año me lo plantearía dos veces, y peor aún, si cada mes me llena la cesta con uno. Eso es atosigar al lector, hacerlo o dependiente de mis libros o un hater. Le estoy negando la posibilidad de explorar otras obras, de conocer otras plumas y estoy siendo egoísta con otros autores, negándoles la posibilidad de ser leídos por mis lectores.
Sinceramente y con todo el respeto que merecen mis colegas les digo que en ocasiones se presta para malas interpretaciones ese desenfreno de publicar, porque aunque no nos demos cuenta podemos caer en un hoyo negro llamado "más de lo mismo"; no hay nada más gratificante para un lector que encontrarse con tramas que aunque pueden ser parecidas a otras tienen un toque de genialidad que marca la diferencia. Tomémonos el tiempo de desarrollar personajes inolvidables, no importa si el chico no es muy sexy, si no tiene el abdomen de Terminator si la chica es dura, agría,si no siempre el final es feliz, si el príncipe no la rescata sino que ella lo rescata a él.... ¿qué tal un protagonista que no sea un dios empotrador?Alguien con más defectos que virtudes, es decir, hacer personajes cotidianos cercanos a la realidad; piensen que de historias de chicas pobres que son rescatadas por multimillonarios tenemos poblado el mundo literario, nosotras latinas que hemos consumido tanto culebrón telebobesco deberíamos saltar el muro y atrevernos con nuevos mundos.Otro punto imperdonable es la calidad, dice mi padre que con afán no entran ni los zapatos y es totalmente cierto. Yo puedo perdonar algunos errores gramaticales en una obra porque tampoco es que yo sea perfecta, pero los errores ortográficos son totalmente imperdonables. Aparte de notarse que el escritor es novato, también se ve que es poco curioso de su trabajo y que no tiene interés en ser mejor quizá solo quiere vender y alcanzar la fama, no nos digamos mentiras, a todos nos gusta ser reconocidos y lo disfrutamos pero no hay cosa más detestable que un ego con el tamaño de un rascacielos.

Ahí, ahí acaba todo.
Y ustedes lectores amados, no teman a explorar nuevos autores, no teman a quejarse si creen que lo que leen está involucionando, pidan, exijan a sus autores porque eso los hará mejorar. Una reseña sincera vale más que cinco estrellas por compromiso, se los aseguro.


Con todo mi cariño y sinceridad,


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¡Gracias por leer!

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