Revista Opinión

CANTO A LAS MADRES DE LOS MILICIANOS MUERTOS (Pablo Neruda)

Publicado el 28 septiembre 2014 por Paco Arenas @voz_republica


CANTO A LAS MADRES DE LOS MILICIANOS MUERTOS (Pablo Neruda)
NO han muerto! Están en medio 
de la pólvora,de pie, como mechas ardiendo.Sus sombras puras se han unidoen la pradera de color de cobrecomo una cortina de viento blindado,como una barrera de color de furia,como el mismo invisible pecho del cielo.
Madres! Ellos están de pie en el trigo,altos como el profundo mediodía,dominando las grandes llanuras!Son una campanada de voz negraque a través de los cuerpos de acero asesinadorepica la victoria.                         Hermanas como el polvocaído, corazonesquebrantados,tened fe en vuestros muertos!No sólo son raícesbajo las piedras teñidas de sangre,no sólo sus pobres huesos derribadosdefinitivamente trabajan en la tierra,sino que aun sus bocas muerden pólvora secay atacan como océanos de hierro, y aunsus puños levantados contradicen la muerte.
Porque de tantos cuerpos una vida invisiblese levanta. Madres, banderas, hijos!Un solo cuerpo vivo como la vida:un rostro de ojos rotos vigila las tinieblascon una espada llena de esperanzas terrestres!
Dejadvuestros mantos de luto, juntad todasvuestras lágrimas hasta hacerlas metales:que allí golpeamos de día y de noche,allí pateamos de día y de noche,allí escupimos de día y de nochehasta que caigan las puertas del odio!

Yo no me olvido de vuestras desgracias, conozco
vuestros hijosy si estoy orgulloso de sus muertes,estoy también orgulloso de sus vidas.                                                       Sus risasrelampagueaban en los sordos talleres,sus pasos en el Metrosonaban a mi lado cada día, y juntoa las naranjas de Levante, a las redes del Sur, juntoa la tinta de las imprentas, sobre el cemento de las arquitecturashe visto llamear sus corazones de fuego y energías.
Y como en vuestros corazones, madres,
hay en mi corazón tanto luto y tanta muerteque parece una selvamojada por la sangre que mató sus sonrisas,y entran en él las rabiosas nieblas del desvelocon la desgarradora soledad de los días.
Pero
más que la maldición a las hienas sedientas, al estertor         bestialque aúlla desde el África sus patentes inmundas,más que la cólera, más que el desprecio, más que el llanto,madres atravesadas por la angustia y la muerte,mirad el corazón del noble día que nace,y sabed que vuestros muertos sonríen desde la tierralevantando los puños sobre el trigo.

La presente Antología de Pablo Neruda es publicada con fines de difusión y estudio de la obra del Poeta y está prohibida su
reproducción con fines comerciales o de uso público. Todos los derechos pertenecen a la Fundación Pablo Neruda.


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