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► Título: Cantos de súcubo
► Título original: Succubus blues
► Autora: Richelle Mead
► Serie: Georgina Kincaid #1 (de 6)
► Publicación: Febrero 2009
► Editorial: Nabla
► Páginas: 350
► Precio: 18 €
Creo que, tras leer esta sinopsis que podemos encontrar en la contraportada del libro, poco hay que añadir sobre su argumento. Georgina es una súcubo inmortal y peligrosa que vive del sexo y rehúye el amor, que adora un buen café con chocolate blanco y los libros de Seth Mortensen; una mujer de lengua viperina, atractiva e ingeniosa cuya vida empezará a complicarse un pelín más cuando entren dos bombones hombres nuevos en su vida: Seth, el tímido y misterioso escritor al que nuestra protagonista idolatra, y Roman, un adulador que quita el hipo. Entre sus amoríos, el trabajo, un asesino que anda suelto y algún que otro problema, seguro que Georgina no tiene tiempo para aburrirse… y nosotros tampoco.
Estoy segura de que muchos habréis oído hablar de este libro, pues no son pocas las críticas positivas que ha recibido en la red. Cuando lo empecé, lo hice con muchas ganas (no había oído mas que maravillas) y reconozco que, pese a no ser tan increíble como esperaba, me ha dejado muy buen sabor de boca. Richelle Mead me dejó muy contenta con Vampire Academy, y me alegra poder decir que lo mismo ha logrado con esta primera parte de la saga Georgina Kincaid (que si no me equivoco consta de 6 libros, aunque sólo el primero haya visto la luz en tierras españolas).Cantos de súcubo derrocha picardía, humor y talento, sobretodo gracias a Georgina, una protagonista con carácter y una lengua tan afilada como la pluma de su creadora. Sí, he disfrutado con su lectura, pero debo decir que este libro no encierra una gran historia: engancha desde la primera página y no querrás soltarlo hasta llegar a la última, pero para mí ha pecado de previsible en algunos momentos. Pero no os preocupéis, que cuando conozcáis a los personajes, disfrutéis con esos diálogos llenos de chispa y la frescura y sensualidad que envuelven el libro, no os importará en absoluto que no esté lleno de sorpresas (aunque algunas hay, eh).
El encanto de la narración de Richelle Mead reside en su sencillez y lo directa que es: un vocabulario medido, un ritmo adecuado a cada una de las escenas, buena organización y, sobretodo, unos buenos diálogos que, sin duda, son uno de los puntos fuertes del libro. Los diálogos son ingeniosos, dinámicos, divertidos, realistas, irónicos,… vamos, que tienen gancho. Eso sí, no olvidéis a qué público está dirigida la novela; la autora habla sin tapujos y las escenas subiditas de tono son abundantes (avisados quedáis).
Después de halagar esos diálogos de los que tanto he disfrutado, permitidme volver a repetir lo mucho que me han gustado estos personajes (chapó, señorita Mead). Os hablaría de cada uno de ellos una y otra vez, sobretodo de la increíble Georgina, pero no acabaría nunca. Así que mejor mencionar mi admiración por ellos sin entrar en detalles que acabarían en spoilers. Los que hayáis disfrutado el libro me entenderéis y, los que aún no lo hayáis probado, me entenderéis cuando lo hagáis (o eso espero) (✿◡‿◡.)
Cantos de súcubo es un libro que merece la pena: buenos diálogos, buenos personajes, diversión, ingenio, amor, sensualidad y seres paranormales. No sé a vosotros, pero para mí eso ya es suficiente para darle una oportunidad y ver qué tal resulta. Si queréis ver cómo se las arregla Georgina y disfrutar de un buen libro, os lo recomiendo ✿
· Con la colaboración de Nabla ·