La Dirección Provincial de Transporte ha generado un verdadero caos en La Habana “supuestamente” intentado aliviar los problemas del servicio. El Departamento de Planeamiento de la “Empresa Estatal” decidió reajustar nombres y destinos para evitar recorridos paralelos de algunas rutas, acortar los demasiado largos y otros considerados pocos lineales, pero “de buenas intenciones está empedrado el camino hacia el infierno”, comenta un cubano de a pie que en la capital de la isla sufre las consecuencias de un P15.
El desparpajo es el resultado directo de los cambios que no fueron lo suficientemente anunciados y que se realizaron justamente en días críticos, como el cierre del verano y el inicio del curso escolar, que genera mucho movimiento obligatorio entre los pobladores de La Habana. Lo más normal en estos momentos es la ignorancia en las paradas, donde no se sabe a ciencia cierta si la ruta esperada, sigue parando en el mismo lugar o qué nombre o número tiene ahora que ha sido renombrada o rebautizada.
La confusión y una sensación de agravamiento del problema es el saldo de esta medida amparada en “profundos estudios” encargados a las autoridades que se especializan en la movilidad de los habaneros quienes al parecer no utilizan mucho el Transporte Público.
La crisis coincide con el descontento de los “boteros” quienes como parte del sector privado, tienen desde hace algunas semanas los precios topados a pesar de la crisis que se vive con el combustible y que obviamente ha disparado los precios del pasaje.
Con información de 14 y Medio y Dirección Provincial de Transporte La Habana.
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