Revista Viajes

Caótica Nueva Delhi

Por Gracia Gracia Rodriguez @viajarcongrace

Nueva Delhi, nuestra primera ciudad en India, nos daba la bienvenida. Una ciudad grande, caótica, ruidosa, polvorienta, y sucia. Algunos viajeros en cuanto llegan intentan huir lo más pronto posible de ella, otros alargan unos días la estancia y es que hay mucho que ver en ella .¿Y a nosotros nos gustó? Pues con la descripción anterior, podría decirse que no es una ciudad muy acogedora, pero es que esto es India. Suponíamos que al ser la capital, como todas las capitales, el caos iba a ser mayor, pero aún así decidimos quedarnos 3 días, habituarnos a los cambios, aprender a movernos, y adaptarnos a las situaciones. A partir de ahora hay muchas cosas que van a dejar de ser como nosotros entendemos que deben de ser.
Caótica Nueva Delhi
El primer día queríamos algo light y más o menos tranquilo así que decidimos ir hacia la zona de Conaught Place, bastante cerca de Main Bazar, donde nos alojábamos. Esta es una plaza con edificios de estilo colonial pero con un aspecto bastante decadente. Pensábamos que está zona tendría algo más de aire "occidental" pero si tuviera que destacar algo de esta zona es la cantidad de timadores por metro cuadrado que hay. Todos intentando agradarte, ayudarte, simpatizar contigo con el único propósito de llevarte a una oficina de turismo en el que te darían información sobre tu visita en la ciudad y planos gratis; pero la realidad es que sólo existe una única oficina de turismo oficial que está en Japanth 88, las demás son pequeñas oficinas en las que ellos obtienen una comisión por conseguir llevarte ahí. Parecía que jugábamos al ratón y al gato, ellos nos daban unas direcciones erróneas y nosotros nos dirigíamos justo al contrario, mientras que ellos vigilaban nuestros pasos para que su amigo nos esperara en la siguiente esquina. En los bajos de los edificios de la rotonda hay un montón de tiendas y puestos, pero no nos paramos mucho ya que debíamos llevar en la frente escrito "novatos" y estaban todos a la caza.
Nuestra primera visita fue la casa y museo de Mahatma Gandhi, que no parecía muy lejos en el mapa de donde estábamos. Nos apetecía acercarnos y saber un poquito más de este personaje histórico que gracias a una política de no violencia consiguió sentar las bases de la independencia de India. 


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Comenzamos a andar y andar, y nos llevo un buen rato llegar, primera gran pateada del día. Esta zona estaba bastante vacía, llena de embajadas, y de edificios importantes que estaban con un fuerte control militar. Hasta en algunas calles nos encontrábamos trincheras de sacos, lo que daba un poco de mal rollete, pero todo estaba muy tranquilo. Si no fuera por la cantidad de suciedad que había en la calle parecería que no estuviéramos en la India. Por fin llegamos hasta Gandhi Smriti donde Mahatma Gandhi pasó sus últimos 144 días. Allí se puede ver algunas estancias de su casa, así como su humilde habitación tal cual estaba cuando murió, algunas de sus pertenencias, y algunas exposiciones con murales de él. En los jardines, unas huellas indican los últimos pasos que dio antes de ser asesinado, y un pequeño monolito en el sitio justo donde ocurrió
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A escasos 500 metros se encuentra también otra casa museo de otro persona muy importante en la historia de la India. Se trata de Indhira Gandhi, la primera ministra de esta nación que mejoró la eficiencia y prosperidad de este país con cierto grado de opacidad en la libertad de expresión. Amada y odiada a partes iguales. Aquí también aparecen marcados bajo un suelo de cristal los últimos pasos que dio antes de ser asesinada (se ve que esto de los pasos parece darle en este país un carácter más emotivo).
Ya era medio día y cansados de caminar decidimos coger nuestro primer auto rickshaw de vuelta. Momento fuerte de este día, instantes de tensión en el que te agarras con fuerza a la barra e intentas estabilizar (qué ridículo suena!) tu peso en cada curva para no volcar, y en cada rotonda intentas cerrar los ojos cuando ves motos, coches, y otros auto rickshaws a escasos milímetros de ti. La vuelta la acordamos hasta el templo de Gurdwara Bangla Sahib, muy cerquita de Conaught Place pero por error nos dejo en otro Shri Gurdwara, y es que aquí hay un montón y es fácil la confusión como no tengas claro el nombre. De cualquier manera nosotros encantados en este primer templo, lleno de devotos haciendo ofrendas y rezando. 
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A la salida y de casualidad, yendo hacia Conaught Place, nos topamos con el que estábamos buscando. Gurdwara Bangla Sahib es el templo más grande de Nueva Delhi. Aquí también un montón de sijs se reunían para sus rezos. Un gran edifico de mármol blanco con cúpulas doradas y un inmenso estanque donde vimos caer el atardecer. Un largo día con alguna que otra emoción con el que ya habíamos roto el hielo.
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El segundo día nos fuimos a Old Delhi. Primer reto del día coger y negociar un auto rickshaw. ¿Pero qué es un precio razonable? Comenzamos a caminar decididos, dirección a la estación y esperar a que se nos acercarán, pero esta vez no nos salió muy bien. Todos pedían bastante y nosotros fuertes seguimos tirando hasta que finalmente cogimos un rickshaw por 60 Rp hasta el Fuerte Rojo, aunque hubo un momento que no podía pasar y nos dejó finalmente en Chandni Chowk. Yo no se sí estaba bien o mal pagado, pero me sentí fatal. La diferencia entre auto rickshaw y rickshaw es que uno va con motor y el otro es simplemente bicicleta. Supongo que estos últimos también tienen derecho a ganarse sus rupias, pero el esfuerzo pedaleando que tuvo que hacer el hombre por llevarnos hasta allí por sólo 90 cts.! me pareció inhumano.Al final, es cierto, que no nos dejó donde queríamos, pero casi que lo prefería, además igualmente queríamos ver la super-caótica calle Chandni Chowk, así que no nos importó. Antiguamente era un bazar donde vendían sedas y especias, hoy la verdad es que de bazar medieval, para mi, tiene más bien poco. Esta calle podría decirse que es ese callejón en España en que no te meterías ni por todo el oro del mundo, ese en el que crees que sí entras vas a salir desplumado como las gallinas. Sin embargo, aquí es algo que ves normal dentro de lo subrealista de la situación. Vamos que no te queda más remedio que tirar pa' lante! Al final de esta calle se visualiza el inmenso Fuerte Rojo, de arenisca roja, de la época del imperio mogol. 
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El Fuerte Rojo impresiona por su magnitud por fuera, pero por dentro no nos llamó mucho la atención. Había varios monumentos de mármol blanco aunque su estado no era muy bueno. Creo que lo que más nos gusto es recobrar por unos instantes la tranquilidad.Desde dónde se obtienen unas buenas vistas y se aprecia su gran tamaño es desde el minarete de Jama Masjid también conocida como la Mezquita del Viernes, la más grande del país.
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Se encuentra casi prácticamente frente al Fuerte Rojo, y desde luego merece la pena ir. Tanto esta mezquita como el Fuerte Rojo fue mandado construir por el emperador mogol Shah Jahan, cuando se trasladó la capital de Agra a Nueva Delhi, aunque él nunca llegó a reinar aquí ya que fue destronado por su hijo. Este emperador es el que está enterrado en el Taj Mahal, una de los sitios más esperados de este viaje, y que nos va a ir descubriendo la historia de este país.
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Estar en sitios turísticos y sacar la cámara es un momento que muchos aprovechan para guardar un recuerdo, pero no precisamente del lugar, porque de pronto tú te conviertes en la novedad. Sí, causamos sensación, se te quedan mirando fijamente, algunos se animan directamente y te piden fotos, y otros con disimulo te la hacen sin decirte nada. Aquí un momento en el que yo fotografío a Guillermo en la Mezquita y otros aprovechan para hacérmela a mi desde donde está Guillermo.
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Para poder entrar en la Mezquita hay que descalzarse pero puedes llevar los zapatos en la mano, aunque te digan lo contrario, y casi que mejor, porque aunque hay muchos que se ofrecen afuera para cuidarte los zapatos, no mola mucho dejarlos ahí. Al subir al minarete de nuevo se empeñan en que no se puede subir ni con zapatos en las manos, ni bolsas! Te obligan a dejarles tus pertenencias y por supuesto pagar cuando ya has pagado la entrada. No queríamos pasar por el aro y lo bueno de vez en cuando de encontrarte con otros extranjeros es que hicimos fuerza, subimos finalmente con las bolsas y nos turnamos para el tema de los zapatos.
Caótica Nueva DelhiAquí conocimos a Michael, un chico alemán, que también estaría un mes o más viajando por India y que al igual que nosotros llevaba un par de días en este país. Pasamos la tarde con él y juntos hicimos el camino de vuelta hasta Paharganj. Atravesamos Chawri Bazaar, otro bazar igual o más caótico que Chandni Chowk, si es que puede ser. Callejeamos por estrechísimas calles llenas de puestos y en las que tráfico y personas intentábamos avanzar por el mismo carril. Por las caras con las que nos miraban apuesto que no muchos extranjeros pasan diariamente por ahí! Interesante ver como trabajan sean en pequeños talleres mecánicos, sea el textil, o como cocinan el pan, o tiñen la ropa.... Una auténtica locura en la que cables enmarañados caían por todos los lados.
Nos despedimos de Michael con la sensación de que probablemente nuestros caminos se podrán cruzar en otro punto, quizás en el norte de India o quizás en Nepal.
Tercer y último día en Delhi, nos marcharíamos justo a tiempo. La ciudad que ya es movida de por sí, estaba un poco más alterada de lo normal, con manifestaciones que nos pillaban cada dos por tres. El fin de semana había elecciones y todo cerraría, así que menos mal!
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Y los días en Delhi mejoraban a cada día. Hoy probaríamos la intensa experiencia que es viajar en tren en este país, algo que confieso que me ponía un poco nerviosa cuando tenía toda la noche por delante. Partíamos de la estación de Nizamudin, situada en un barrio principalmente musulmán. Dejamos las mochilas en consigna, y como el tren salía a última hora, nos fuimos en tuk-tuk hasta la tumba de Humayun, y entonces pensamos que esta última visita en Nueva Delhi era la mejor de todas y hubiera sido un error habernosla perdido! Un inmenso mausoleo que se dice que influyó poderosamente en el Taj Mahal. Este fue mandado construir por la esposa del emperador mogol Humayun. El mausoleo contiene elementos mogoles y persas debido a que su esposa era originaria de Persia. 
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Frente a este mausoleo está Hazrat Niza-ud-din, un laberíntico bazar lleno de color donde venden pétalos de rosa y donde te lleva hasta el santuario del santo sufí musulman Nizam-ud-din Auliya. A la entrada, y en numerosos puestos antes de nuevo te piden los zapatos pero el sitio no nos daba mucha confianza. Solo veíamos unas cuantas sandalias viejas de las que ellos llevaban, vamos que no veíamos ningún zapato de extranjero, y dejar nuestras zapatillas deportivas no era lo que más nos apetecía. Intentamos, como en otras ocasiones, pasar con ellos en la mano pero se pusieron farrucos y nos invitaron a irnos por donde vinimos, así que me quede con las ganas, pero bueno, nuestro tren nos esperaba. Ahora sí, estrenados en India, nos vamos hacia el norte, hasta Amritsar.
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To be continued...     

Precios orientativos en tuk-tuk :
- Desde casa museo Indhira Gandhi hasta Gurdwara Temple : 50 Rp- Desde Main Bazaar hasta estación de trenes de Nizamudin : 150 Rp- Desde estación Nizamudin a Tumba de Humayun : 50 Rp 


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