Revista Viajes

Cap D'ail, paraíso hippie en plena Costa Azul

Por Gerlong @german_long
Descubrí Cap D’ail de casualidad. Es que estaba en Mónaco (de paso en mi ruta mochilera hacia Barcelona) y no encontraba un hotel acorde a mis necesidades. Estuve a punto de reservar en el Hotel de París, frente al Casino, pero la Suite Real me pareció demasiado cutre, así que preferí seguir buscando, y me agarró la noche en el momento menos esperado.
Cap D'ail, paraíso hippie en plena Costa AzulCap D’ail está pegado a Mónaco. Casi se podría decir que es un barrio de Mónaco, pero administrativamente es un poblado independiente (y económicamente también: en Cap D’ail es mucho menor la densidad de yates por metro cuadrado…).
El asunto es que no habiendo conseguido donde dormir esa noche en Mónaco (básicamente por una cuestión monetaria, porque no estaba dispuesto a pagar más de 50 euros la noche, algo impensado en Mónaco) la siguiente opción era Niza, que es la siguiente ciudad conocida de la zona para alguien que no conoce nada como yo. Esperando en la estación de trenes de Mónaco me entraron los nervios, porque no quería que me vuelva a pasar lo que me pasó en Venecia (básicamente, dormir en la calle…), así que se me dio por preguntar a uno que había por ahí… Y ahí estaba yo preguntando con mi nulo francés a un tipo que me contestaba con su nulo español… y si preguntando se llega a Roma, preguntando también se llega a Cap D’ail… preguntando, y caminando, porque no son más de 10 kilómetros. No sé si tuve suerte, o si el tipo cobraba alguna comisión de parte del hostal, pero me mandó (quiero decir, me indicó en el mapa) derecho al Hostal Villa Thalasa, una maravilla hippie en medio de tanto hotel de lujo.
Cap D'ail, paraíso hippie en plena Costa AzulEstamos hablando del sur de Francia. En plena Costa Azul, uno de los lugares más exclusivos de veraneo del jet-set europeo, y allí está el Hostal Villa Thalasa, un hostal emplazado en un palacete que alguna vez supongo habrá sido residencia de algún ricachón, y ahora es este simpático hostal regenteado por una pareja hippie súper simpática, que se encarga de todo, desde atender la recepción, hasta preparar el desayuno o la cena…
Solamente necesitaba dormir esa noche, al otro día ya me iba a Marsella, así que no hubo problemas en conseguir una cama. En la recepción estaba la chica, que hablaba perfecto español, así que no hubo problemas de comunicación. Después de cobrarme (ojo, cobran por adelantado) y darme la llave de la habitación, me preguntó si ponía un plato más en la mesa (?), que ya estaba cocinando y en rato más iban a cenar. Le dije que sí porque traía hambre, y me fui a la habitación a dejar la mochila…
La habitación que me tocó a mí está en un edificio separado al principal, a unos 50 metros, y para llegar hasta ahí hay que atravesar un patio donde está la piscina del hostal. La habitación, típica de hostal, compartida con otras personas. En ese momento había un señor mayor que yo creo que vivía ahí, porque parecía estar adueñado de todo.
Tenía aún 1 hora hasta que esté lista la cena, así que aproveché y bajé hasta la playa, a mojar los pies en el Mediterráneo. En la playa de Cap D’ail no hay arena, sino que es una especie de acantilado de piedras que se va metiendo poco a poco en el mar… Muy bonito.
Cap D'ail, paraíso hippie en plena Costa AzulVolví a subir y la cena estaba lista. Éramos 5 comiendo: la pareja dueña del hostal, una señora dinamarquesa, un señor australiano y yo. La comida: alubias. No son de mi gusto, pero como dice el dicho “cuando hay hambre no hay pan duro”, así que adentro….
Después de comer me fui a dar una vuelta por el pueblo. No hay nada (mucho menos a esa hora). Es un pueblito 100% de mar y de descanso, así que poco más había que hacer, más que irse a dormir.
Y esa es la historia de mi paso por Cap D’ail…
En esta web hay algunas fotos más del hostal: http://www.clajsud.fr/vacances_cap_d-ail.a2.fr.html
Y aquí unas fotos propias más...

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