El atardecer desde una colina cerca de Göreme. Foto: Sara Gordón
Capadocia se extiende en una región de unos 50 kilometros. Foto: Sara Gordón
Capadocia es uno de esos lugares únicos en el mundo, nada de lo que hayas visto antes podrás identificarlo con su paisaje. A esto hay que sumarle que debajo, literalmente, de esa superficie que parece lunar se esconden siglos de historia escavada. Vas paseando entre las chimeneas y descubriendo que todas están huecas, con conductos que te llevan a un segundo piso y un laberinto de pequeñas estancias. Pinturas y altares de iglesias primitivas que podrían ser del siglo III a.c. esperan abiertas a que tú las descubras.
El ojo turco como protector del mal de ojo. Foto: Sara Gordón
Alfarería de Göreme. Foto: Sara Gordón
El dolmus (autobús local) de Göreme nos deja en Derinkuyu, caminamos entre los puestos de un bazar improvisado y las señoras que cocinan gozlemes de espinacas con queso. Al final de la calle un cartel anuncia nuestro destino pero a simple vista sólo hay un llano. Visitamos la ciudad subterránea de Derinkuyu, que tiene 18 niveles escavados debajo de la tierra pero sólo se pueden visitar ocho de ellos. Túneles interminables, escaleras que bajan y se empequeñecen poco a poco, un laberinto de calles que se entrecruzan entre ellas. Derinkuyu no es la única ciudad subterránea de la zona, hay noticias de estas construcciones desde el siglo VII. Los pobladores de Capadocia aprovechaban el suelo volcánico para construir estas megaciudades en las que esconderse de los frecuentes ataques bárbaros. Algo así como el metro o los garajes de los centros comerciales sólo que aquí vivían hasta seis meses bajo tierra con los animales y todo.
Los gozlemes es una de las comidas más típicas de Turquía. Foto: Sara Gordón
Patrimonio de la humanidad desde 1985. Foto: Sara Gordón
El museo al aire libre de Göreme y la fortaleza de Uchisar son otros ejemplos de las construcciones de Capadocia. El museo de Göreme es un conjunto monástico conformado por muchas chimeneas, todas ellas huecas por dentro y cada una es una iglesia, un refectorio… Lo más impresionante a parte del paisaje son los frescos originales que se conservan en muchas de ellas.
La mayoría de las iglesias del Museo al aire libre pertenecen a los siglos X, XI y XII. Foto: Sara Gordón.
El Museo al aire libre es parte de la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1984, y fue uno de los dos primeros sitios que fue incluido en la lista de todo Turquía. Foto: Sara Gordón
La parte superior del castillo de Uchisar, ofrece un magnífico panorama de los alrededores de Monte Erciyes en la distancia. Foto: Sara Gordón
Por último no puedes irte de Capadocia sin montar en globo al amanecer, las vistas son impresionantes, la luz va descubriendo poco a poco las formaciones y la cantidad de globos que vuelan a la vez embellecen aún más el paisaje. El silencio y la lentitud del globo le otorgo una especie de solemnidad al viaje que emociona.
Love valley y Uchisar desde el globo. Foto: Sara Gordón
Al amanecer decenas de globos levantan el vuelo en Capadocia. Foto: Sara Gordón
La erosión del viento ha esculpido durante siglos las chimeneas de hadas. Foto: Sara Gordón
Nuestra sombra al amanecer. Foto: Sara Gordón
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