El interior de la Tierra tiene tres capas: la corteza, el manto y el núcleo
La corteza, que es la capa sólida más externa. Está formada por rocas de densidad baja. Tiene un espesor máximo de 75 kilómetros en las superficies continentales, y de unos 9 kilómetros en el fondo de los océanos.
El manto está situado entre la corteza terrestre y el núcleo. Está formado por rocas más densas que las de la corteza. El manto es una capa sólida aunque su parte más externa está compuesta por rocas parcialmente fundidas. La temperatura del manto es superior a los 1000 grados.
Capas de el interior de la tierra. Haz clic en la imagen para acceder al recurso interactivo
El núcleo es la capa más interna de la Tierra. Está principalmente formado por hierro y níquel. El núcleo tiene una zona interior sólida y otra exterior fundida. La temperatura en esta capa supera los 5.000 grados.
En ocasiones los materiales incandescentes del interior terrestre pueden salir al exterior. Cuando esto ocurre se forma un volcán.
Las rocas del manto en contacto con el núcleo se encuentran, debido a las altas temperaturas, en un estado próximo a la fusión. Estas rocas calientes ascienden a través del manto hasta la corteza terrestre. Cuando llegan cerca de la corteza tienen una temperatura superior a 2.000 grados, por lo que hacen que las rocas de la corteza con las que entran en contacto también empiecen a fundirse originando el magma. Si el magma logra salir a la superficie terrestre a través de una fisura, se origina un volcán. A través del volcán salen al exterior rocas fundidas en forma de lava, fragmentos sólidos de rocas y gases.
Los volcanes constan de tres partes: cráter, chimenea y cono volcánico.
El cráter es el orificio de la zona superior por la que salen al exterior los materiales sólidos, líquidos y gaseosos.
La chimenea es la fisura o grieta por la que asciende el magma hasta el cráter.
El cono volcánico es la montaña formada al solidificarse los materiales expulsados.