Hoy os recomiendo la Iglesia Notre Dame du Ronchamp, comunmente llamada Ronchamp, diseñada por Le Corbusier, y considerada como uno de los ejemplos más importantes y más acertados de la arquitectura religiosa del siglo XX. Está localizada en el pueblo de Ronchamp, al sureste de París.
CROQUIS
ALZADO EXTERIOR
PLANTA
El diseño se encargó en 1950, cuando tras la II Guerra Mundial la Iglesia del pueblo fue destruida, y se finalizó en 1955.
Los alrededores del pueblo de Ronchamp, han sido durante años, un lugar de peregrinación profundamente arraigado en la tradición católica, y por ello, Le Corbusier decidió construir la Iglesia en la cima de una colina, como un verdadero pedestal.
Al diseñar Ronchamp, Le Corbusier genera un volumen orgánico de paredes blancas. Se le otorga una especial importancia a los muros del edificio, que dan un carácter escultórico a la obra.
Las paredes gruesas, y de suave curvatura, son construidas mediante hormigón y mampostería. Además, son paredes altas, lo que ayuda a que el sonido se transmita hacia todo el lugar, haciendo de amplificadores acústicos. Con un sistema constructivo relativamente simple, el arquitecto aprovecha el diseño, estructural, estética y funcionalmente.
Una de las características más llamativas de la Iglesia es la azotea curva. Ésta se encuentra apoyada en las columnas encajadas dentro de las paredes, creando una brecha de 10cm entre el techo y las paredes, dando así la impresión de que flota.
Otro aspecto que hay que destacar son las ventanas de color que perforan los muros. Son perforaciones profundas, y con un ángulo que permite la entrada directa de luz, dotando al interior de vida y simbolismo. Cada ventana ilumina de forma distinta debido a su tamaño, posición en el muro y color del vidrio.