Una vez prohibido en India, Nepal y Tailandia, las parejas pusieron los ojos en Ucrania, uno de los lugares donde todavía se puede contratar un vientre por un precio mucho menor que en los Estados Unidos. Así es como venden sus servicios las mafias de los vientres de alquiler, eso sí ocultando lo que es una mercantilización del cuerpo de la mujer
